La flexibilidad es la habilidad para aumentar la extensión de un movimiento en una articulación determinada.
Los límites del movimiento en una articulación se muestran a través de 3 componentes:
1. El tipo de articulación entre la estructura ósea.
2. Los ligamentos que refuerzan este ensamblaje.
3. La elasticidad muscular, por la cual el músculo recupera su forma después de haber sido deformado.
Como la
flexibilidad involuciona con la edad, debemos trabajarla regularmente: al nacer
tenemos una flexibilidad del 100% que con los años vamos perdiendo; poco a poco
nos vamos haciendo más rígidos.
Con el 60 por ciento de los adultos mayores de 50 años llevando una vida inactiva, ¿sorprende a alguien que veamos más problemas de salud relacionados con articulaciones y músculos que se insubordinan tornándose rígidos, inflamados y hasta dolorosos?
Con el 60 por ciento de los adultos mayores de 50 años llevando una vida inactiva, ¿sorprende a alguien que veamos más problemas de salud relacionados con articulaciones y músculos que se insubordinan tornándose rígidos, inflamados y hasta dolorosos?
Envejecer también
contribuye a la rigidez muscular y la escasa flexibilidad: a medida que
envejecemos, los músculos tienden a perder elasticidad, y los tejidos alrededor
de las articulaciones se hacen más densos. Eso dificulta el movimiento. De
hecho, uno puede perder, cada 10 años, el 10 por ciento de la flexibilidad si
no hace nada.
Los músculos
tienen que alargarse un poco para que mejore notablemente el margen de
movilidad de las articulaciones. Pero cuando los estiramos y esperamos obtener
un resultado a largo plazo, ¿Estamos actuando sobre sus fibras musculares
individuales o con las fibras del tejido conjuntivo que los rodea? La respuesta
es: ambas cosas.
Las fibras
musculares del interior de un músculo pueden alargarse mediante la adición de
pequeñas unidades contráctiles llamadas sarcómeros.
Si un músculo se
mantiene acortado mediante una escayola, los sarcómeros se pierden y las fibras
musculares se acortan.
No basta con
alargar las fibras musculares, es necesario además distender el tejido
conjuntivo del interior y exterior del músculo, así como la fascia que lo
recubre y las fibras individuales que lo envuelven. Y esto es lo que sucede en
las sesiones de estiramiento prolongado.
Los estiramientos
del Hatha Yoga constituyen una manera efectiva y segura de llevar a cabo este
ejercicio.
Consejos
generales:
Comience lentamente. Se tornará más fácil estirar a medida que adquiera práctica.
No lo fuerce. Sobreestirarse puede causar dolor y lesiones. Puede sentir una ligera tensión al elongar el músculo, pero no debería doler. Si duele, deténgase.
Respire profundamente. No aguante la respiración. Respirar lenta y profundamente lo ayudará a relajarse y hará más fácil la elongación.
Precaliente. Si estira antes de hacer ejercicio, precaliente su cuerpo previamente durante, por lo menos, cinco minutos, con movimientos livianos como caminar o marchar en el lugar. Debería evitar estirar un músculo frío, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir una contracción.
Estire todos los grupos musculares principales, aguantando cada elongación por, al menos, 20 segundos.
Practique estiramientos, al menos, tres veces por semana y la mayoría de los días de la semana en los que haga ejercicio.
Escuche a su cuerpo y haga lo que pueda. Todos tenemos un grado de flexibilidad diferente, que es determinado, en parte, por nuestros genes.
Comience lentamente. Se tornará más fácil estirar a medida que adquiera práctica.
No lo fuerce. Sobreestirarse puede causar dolor y lesiones. Puede sentir una ligera tensión al elongar el músculo, pero no debería doler. Si duele, deténgase.
Respire profundamente. No aguante la respiración. Respirar lenta y profundamente lo ayudará a relajarse y hará más fácil la elongación.
Precaliente. Si estira antes de hacer ejercicio, precaliente su cuerpo previamente durante, por lo menos, cinco minutos, con movimientos livianos como caminar o marchar en el lugar. Debería evitar estirar un músculo frío, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir una contracción.
Andrea Golya |
Estire todos los grupos musculares principales, aguantando cada elongación por, al menos, 20 segundos.
Practique estiramientos, al menos, tres veces por semana y la mayoría de los días de la semana en los que haga ejercicio.
Escuche a su cuerpo y haga lo que pueda. Todos tenemos un grado de flexibilidad diferente, que es determinado, en parte, por nuestros genes.
Si está tomando
clases de yoga o stretching, ofrezca a
su cuerpo una oportunidad para descansar y reponerse tomándose un día para no estirar
cuando se sienta incómodo o dolorido.
Coma sano,
hidrátese bien y no olvide que existen nutrientes que mantienen las
articulaciones en buen estado, algunos de ellos son:
Colágeno
Elastina
Mucopolisacáridos
Omega 3
Magnesio
Antioxidantes
(vitamina c,vitamina e, etc…)