- El cuerpo burdo, o Sthula Sharira, es el cuerpo físico; el organismo de carne y hueso que estudia la medicina y cuya anatomía se haya establecida de forma precisa. Hasta el momento de la muerte es el vehículo que aloja a los cuerpos sutil y causal.
- El segundo cuerpo es el sutil o Sukshma Sharira. Evoluciona desde el cuerpo causal y no es visible para el ojo físico, pero se experimenta continuamente en sus distintas facetas. Abarca en el ser humano sus aspectos vital o energético, emocional, mental y psíquico. Está constituido por los cinco aires vitales (pancha pranas), los cinco órganos de acción (karmendrillas), los cinco órganos de conocimiento (gñanendriyas) y las cuatro facultades de la mente individual o antahkarana (budhi, intelecto; ahamkara, ego; manas, pensamiento y chitta, memoria).
- El cuerpo causal o Karana Sharira es el origen de los otros dos. Es el componente más puro del hombre y poco se puede decir de él. Se encuentra más allá de la mente y su naturaleza es la bienaventuranza. Podemos definirlo como la esencia del ser humano. Es el cuerpo donde reside el Ser o Atman.
06 enero 2014
LOS TRES CUERPOS DEL SER HUMANO
Desde la óptica del Vedanta, del Samkhaya y del Yoga, el ser humano está constituido por tres cuerpos totalmente interrelacionados, pero bien diferenciados: el cuerpo burdo o denso, el cuerpo sutil y el cuerpo causal. A su vez estos tres cuerpos se dividen en cinco envolturas superpuestas llamadas Pancha koshas.
25 diciembre 2013
VENCIENDO LA BAJA AUTOEFICACIA
La autoeficacia es la opinión que se tiene sobre la posibilidad de alcanzar determinados resultados, es decir, la confianza de que uno pueda conseguir sus objetivos con éxito. Las causas más comunes que contribuyen a que la autoeficacia baje son: ver las cosas como incontrolables, creer que la propia conducta está regulada más por factores externos que por uno mismo, y atribuirse injustamente la responsabilidad sobre lo malos o buenos que somos y los logros personales.
Cualquiera de estos tres factores genera un autoesquema de desconfianza e inseguridad en sí mismo, lo que lleva a evitar las situaciones de desafío, de problemas o cualquier evento que implique la intervención personal para su solución. La persona hará de la evitación una forma de vida.
Las siguientes estrategias te permitirán afrontar la baja autoeficacia o conservarla en un punto adecuado:
1. Elimina el "no soy capaz"
Si te menosprecias, tu diálogo interno obrará como un freno. Elimina de tu repertorio el no soy capaz, porque cada vez que te lo repites, confirmas y refuerzas tus sentimientos de inseguridad; esta calificación negativa te inmovilizará automáticamente. Si el entrenador del atleta le dijera al oído "no vas a ser capaz", ¿Crees que su resultado sería bueno? Muchas personas han vivido en carne propia los efectos de la desconfianza familiar: "el niño no es capaz, es mejor que lo hagas tú."
Ya es hora de empezar a respetarse y tratarse bien: si te lo propones serás capaz.
2. No seas pesimista
Las personas con baja autoeficacia anticipan el futuro negativamente, y cuando se trata del propio rendimeinto, sus expectativas son de fracaso e incapacidad. Siempre se ven a sí mismas como las peores actrices o actores de la película. Si ven venir el fracaso en cada una de sus actuaciones, ni siguiera eso las incitará a intentar remediarlo.
Las profecías negativas suelen convertirse en realidad, porque nosotros mismos nos encargamos de que se cumplan.
Intenta desarrollar en ti la sana costumbre de autoevaluar tu capacidad de efectuar malos pronósticos.
3. No seas fatalista
Eres el arquitecto de tu futuro, aunque suene trillado y aunque no te guste (es más fácil confiar en que un ángel se ocupa de ello). Tienes el poder de cambiar muchas cosas. No veas el mundo como inmodificable e inamovible definitivamente, gobernado por leyes que te impiden cambiar las situaciones que te incomodan. Si tienes un punto de control externo para todo, tenderás a ser fatalista y verás los infortunios como incontrolables.
Aparta de tu repertorio verbal la palabra "siempre". El pasado no te condena; de hecho, tu presente es el pasado de mañana, y por lo tanto, si cambias el aquí y el ahora, estarás contribuyendo de manera significativa a tu destino.
4. Trata de ser realista
Tres puntos para que reflexiones al respecto:
a. Si todo lo ves con la óptica "externa", nada dependerá de ti. El éxito no te provocará satisfacción y no harás nada frente al fracaso.
b. Si evalúas todos los éxitos con un punto de vista "externo" y los fracasos como "internos", te derrumbarás hasta la depresión.
c. Si atribuyes todos los éxitos como "internos" y los fracasos como "externos", te engañarás a ti mismo. No te deprimirás, pero serás deshonesto. Éste no es un optimismo sano.
Sé objetivo con tus éxitos y con tus fracasos. Responsabilízate con lo que realmente has tenido que ver y no con lo que te gustaría que fuera.
Acepta tus éxitos, ya que sería injusto contigo mismo ignorar tus logros; pero también acepta tu cuota de responsabilidad en los fracasos.
5. No recuerdes sólo lo malo
La visión negativa de uno mismo se alimenta principalmente de los recuerdos, por lo tanto, si el esquema que tienes de ti es negativo, los recuerdos que llegarán a tu mente confirmarán ese esquema y recordarás más lo malo que lo bueno. Si tu autoeficacia es baja, los fracasos tendrán más relevancia en tu memoria que los éxitos. Toma consciencia de ello y no entres en el jeugo de las evocaciones negativas.
6. Revisa tus metas
Si tu autoeficacia es baja, pecarás por defecto y no por exceso (como vimos en la parte de autoconcepto, cuando tu mente busca afanosamente la ambición). Estarás subestimándote y acomodando las metas a la supuesta incapacidad que percibes en ti mismo. Los dos extremos son perniciosos: si crees que eres invencible, te harás trizas; y si te sientes incapaz, tus objetivos serán tan pobres que solamente intentarás dar un paso o dos. Revis tus metas y verán que muy probablemente pueden estirarse un poco más y hacerse más exigentes y acompasadas a tus verdaderas fortalezas. Lo que necesitas es persistencia, no dejes que el miedo y la inseguridad decidan por ti.
7. Ponte a prueba y arriésgate
Anímate a dar un paso decisivo: actuar para lograr tus objetivos. Y la única forma de confiar en ti mismo es ponerte a prueba. Cuando decidas afrontar tus miedos e inseguridades, los seis pasos anteriores te ayudarán a no distorsionar la realidad a favor del automenosprecio.
“Recuerda que amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuánto se debe amar a los demás, sino que parece actuar como un factor de protección para las enfermedades psicológicas y un elemento que genera bienestar y calidad de vida. Además La gente que tiene una buena autoestima es la mejor superviviente ante una situación de crisis, porque las personas que se quieren a sí mismas desarrollan mejores estrategias para afrontarla”
Un extracto del libro ENAMÓRATE DE TI (WALTER RISO)
Cualquiera de estos tres factores genera un autoesquema de desconfianza e inseguridad en sí mismo, lo que lleva a evitar las situaciones de desafío, de problemas o cualquier evento que implique la intervención personal para su solución. La persona hará de la evitación una forma de vida.
Las siguientes estrategias te permitirán afrontar la baja autoeficacia o conservarla en un punto adecuado:
1. Elimina el "no soy capaz"
Si te menosprecias, tu diálogo interno obrará como un freno. Elimina de tu repertorio el no soy capaz, porque cada vez que te lo repites, confirmas y refuerzas tus sentimientos de inseguridad; esta calificación negativa te inmovilizará automáticamente. Si el entrenador del atleta le dijera al oído "no vas a ser capaz", ¿Crees que su resultado sería bueno? Muchas personas han vivido en carne propia los efectos de la desconfianza familiar: "el niño no es capaz, es mejor que lo hagas tú."
Ya es hora de empezar a respetarse y tratarse bien: si te lo propones serás capaz.
2. No seas pesimista
Las personas con baja autoeficacia anticipan el futuro negativamente, y cuando se trata del propio rendimeinto, sus expectativas son de fracaso e incapacidad. Siempre se ven a sí mismas como las peores actrices o actores de la película. Si ven venir el fracaso en cada una de sus actuaciones, ni siguiera eso las incitará a intentar remediarlo.
Las profecías negativas suelen convertirse en realidad, porque nosotros mismos nos encargamos de que se cumplan.
Intenta desarrollar en ti la sana costumbre de autoevaluar tu capacidad de efectuar malos pronósticos.
3. No seas fatalista
Eres el arquitecto de tu futuro, aunque suene trillado y aunque no te guste (es más fácil confiar en que un ángel se ocupa de ello). Tienes el poder de cambiar muchas cosas. No veas el mundo como inmodificable e inamovible definitivamente, gobernado por leyes que te impiden cambiar las situaciones que te incomodan. Si tienes un punto de control externo para todo, tenderás a ser fatalista y verás los infortunios como incontrolables.
Aparta de tu repertorio verbal la palabra "siempre". El pasado no te condena; de hecho, tu presente es el pasado de mañana, y por lo tanto, si cambias el aquí y el ahora, estarás contribuyendo de manera significativa a tu destino.
4. Trata de ser realista
Tres puntos para que reflexiones al respecto:
a. Si todo lo ves con la óptica "externa", nada dependerá de ti. El éxito no te provocará satisfacción y no harás nada frente al fracaso.
b. Si evalúas todos los éxitos con un punto de vista "externo" y los fracasos como "internos", te derrumbarás hasta la depresión.
c. Si atribuyes todos los éxitos como "internos" y los fracasos como "externos", te engañarás a ti mismo. No te deprimirás, pero serás deshonesto. Éste no es un optimismo sano.
Sé objetivo con tus éxitos y con tus fracasos. Responsabilízate con lo que realmente has tenido que ver y no con lo que te gustaría que fuera.
Acepta tus éxitos, ya que sería injusto contigo mismo ignorar tus logros; pero también acepta tu cuota de responsabilidad en los fracasos.
5. No recuerdes sólo lo malo
La visión negativa de uno mismo se alimenta principalmente de los recuerdos, por lo tanto, si el esquema que tienes de ti es negativo, los recuerdos que llegarán a tu mente confirmarán ese esquema y recordarás más lo malo que lo bueno. Si tu autoeficacia es baja, los fracasos tendrán más relevancia en tu memoria que los éxitos. Toma consciencia de ello y no entres en el jeugo de las evocaciones negativas.
6. Revisa tus metas
Si tu autoeficacia es baja, pecarás por defecto y no por exceso (como vimos en la parte de autoconcepto, cuando tu mente busca afanosamente la ambición). Estarás subestimándote y acomodando las metas a la supuesta incapacidad que percibes en ti mismo. Los dos extremos son perniciosos: si crees que eres invencible, te harás trizas; y si te sientes incapaz, tus objetivos serán tan pobres que solamente intentarás dar un paso o dos. Revis tus metas y verán que muy probablemente pueden estirarse un poco más y hacerse más exigentes y acompasadas a tus verdaderas fortalezas. Lo que necesitas es persistencia, no dejes que el miedo y la inseguridad decidan por ti.
7. Ponte a prueba y arriésgate
Anímate a dar un paso decisivo: actuar para lograr tus objetivos. Y la única forma de confiar en ti mismo es ponerte a prueba. Cuando decidas afrontar tus miedos e inseguridades, los seis pasos anteriores te ayudarán a no distorsionar la realidad a favor del automenosprecio.
“Recuerda que amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuánto se debe amar a los demás, sino que parece actuar como un factor de protección para las enfermedades psicológicas y un elemento que genera bienestar y calidad de vida. Además La gente que tiene una buena autoestima es la mejor superviviente ante una situación de crisis, porque las personas que se quieren a sí mismas desarrollan mejores estrategias para afrontarla”
Un extracto del libro ENAMÓRATE DE TI (WALTER RISO)
UTTHITA HASTA PADANGUSTHASANA
Utthita significa extendido. Hasta significa mano. Padangustha es el dedo gordo del pie. Esta postura se realiza sobre una pierna, extendiendo la otra hacia delante, agarrando el dedo gordo del pie de la pierna extendida y apoyando la cabeza en la pierna.
En ashtanga yoga esta asana se realiza combinando la extensión de la pierna al frente, después abriendo la pierna hacia un lado y por último otra vez al frente manteniendo la pierna sin sujetar a la máxima altura. Las piernas permanecen rectas en todo momento.
Esta combinación de posturas ayuda a tener conciencia de nosotros mismos. A mirar la vida con optimismo. Mejora la capacidad respiratoria. Mejora el equilibrio. Aumenta la fuerza en las piernas y el abdomen.
Mantenga la calma en todo momento, regulando la respiración.
En ashtanga yoga esta asana se realiza combinando la extensión de la pierna al frente, después abriendo la pierna hacia un lado y por último otra vez al frente manteniendo la pierna sin sujetar a la máxima altura. Las piernas permanecen rectas en todo momento.
Esta combinación de posturas ayuda a tener conciencia de nosotros mismos. A mirar la vida con optimismo. Mejora la capacidad respiratoria. Mejora el equilibrio. Aumenta la fuerza en las piernas y el abdomen.
Mantenga la calma en todo momento, regulando la respiración.
23 noviembre 2013
AMISTAD
La amistad es una necesidad vital para el desarrollo del ser humano, de la cual sólo prescinden los esquizoides (porque han roto el vínculo afectivo con la humanidad), los desconfiados (porque piensan que el ser humano es malo por naturaleza) y los tímidos (porque queriendo estar con los demás, el miedo al rechazo o a parecer inadecuados se lo impide). Epicuro decía que lo importante no es sólo qué comes, sino con quien lo haces, mostrando hasta donde la amistad podía competir incluso con los placeres del cuerpo.
Y parece ser cierto: los estudios que se han llevado a cabo en distintos lugares del mundo coinciden en que la amistad es uno de los factores principales para alcanzar una vida feliz.
El pensamiento epicúreo sostiene que tener amigos es placentero porque obtenemos dos ventajas: seguridad y confianza. Con el amigo podemos contar si estamos mal, y viceversa. No se trata de un frío y simple intercambio de favores, sino de un pacto implícito de solidaridad, una reciprocidad amorosa. Cuando Epicuro habla de "intercambio", sugiere una utilización equilibrada, justa, fraternal, entrañable y rebosante de alegría, y no una forma solapada de explotación mutua.
En sus palabras:
"No es un buen amigo ni el que busca la utilidad por encima de todo, ni aquel que nunca la relaciona con la amistad; pues uno comercia intercambiando favores y gratitud, y el otro destruye toda esperanza para el futuro".
Estoy de acuerdo con los griegos, quienes ponían la amistad por encima del amor apasionado. Porque a los amigos los une una decisión y no solamente un sentimiento de enamoramiento, que puede apagarse en cualquier instante. Eros no une a los amigos, lo hacen los puntos en común, la sintonía y hasta la indignación compartida. La amistad se construye a través de la razón y el esfuerzo, la vives y la piensas,es un acto de la voluntad y afinidad que controlas, aun después de muchos años de relación.
Existe una anécdota que muestra el valor terapéutico que Epicuro le daba a la amistad. Estando en su lecho de muerte le escribió a un amigo: "Me siguen acompañando los dolores de la vegija y del vientre, que no disminuyen el rigor extremo de sus embates. Pero contra todos ellos se despliega el gozo del alma, fundado en el recuerdo de las conversaciones filosóficas que hemos tenido".
EL CAMINO DE LOS SABIOS. Walter Riso
Y parece ser cierto: los estudios que se han llevado a cabo en distintos lugares del mundo coinciden en que la amistad es uno de los factores principales para alcanzar una vida feliz.
El pensamiento epicúreo sostiene que tener amigos es placentero porque obtenemos dos ventajas: seguridad y confianza. Con el amigo podemos contar si estamos mal, y viceversa. No se trata de un frío y simple intercambio de favores, sino de un pacto implícito de solidaridad, una reciprocidad amorosa. Cuando Epicuro habla de "intercambio", sugiere una utilización equilibrada, justa, fraternal, entrañable y rebosante de alegría, y no una forma solapada de explotación mutua.
En sus palabras:
"No es un buen amigo ni el que busca la utilidad por encima de todo, ni aquel que nunca la relaciona con la amistad; pues uno comercia intercambiando favores y gratitud, y el otro destruye toda esperanza para el futuro".
Estoy de acuerdo con los griegos, quienes ponían la amistad por encima del amor apasionado. Porque a los amigos los une una decisión y no solamente un sentimiento de enamoramiento, que puede apagarse en cualquier instante. Eros no une a los amigos, lo hacen los puntos en común, la sintonía y hasta la indignación compartida. La amistad se construye a través de la razón y el esfuerzo, la vives y la piensas,es un acto de la voluntad y afinidad que controlas, aun después de muchos años de relación.
Existe una anécdota que muestra el valor terapéutico que Epicuro le daba a la amistad. Estando en su lecho de muerte le escribió a un amigo: "Me siguen acompañando los dolores de la vegija y del vientre, que no disminuyen el rigor extremo de sus embates. Pero contra todos ellos se despliega el gozo del alma, fundado en el recuerdo de las conversaciones filosóficas que hemos tenido".
EL CAMINO DE LOS SABIOS. Walter Riso
17 noviembre 2013
¿YOGA EN CASA?
¿Es el Yoga una práctica que se podría realizar sin problemas en casa bajo la sola supervisión de un libro o un vídeo?
A mi entender el Yoga es mucho más profundo que un simple ejercicio físico, y cada asana está cargada de detalles, los cuales son imprescindibles conocer para hacer una práctica saludable y beneficiosa.
La práctica del Yoga debe ser diaria o casi diaria. Hacer de esto una costumbre, una rutina, algo habitual.
Sólo es aconsejable realizar tu Yoga cuando has adquirido un nivel de conocimiento donde no te queden dudas de cómo se realiza la postura y qué beneficios te aporta.
Y esto sólo se consigue bajo la supervisión de un buen profesor de Yoga con una larga experiencia y dedicación.
Son muchos, miles e incluso millones los practicantes de yoga en el mundo, pero mayoritariamente dentro de un entorno de grupo, en clases. Son muy pocos los que fuera de este círculo de clases realizan una práctica individual diaria dentro de su rutina.
Más del 70% de los alumnos no practican yoga fuera de las clases semanales.
Y entre los motivos que exponen para no practicar en casa las respuestas habituales son:
Falta de tiempo
Falta de espacio y/o tiempo
Falta de motivación o autodisciplina para practicar solo
Falta de profesor
Los secretos de la práctica del Yoga son la constancia y la repetición. En cualquier disciplina se repite un mismo ejercicio hasta dominarlo del todo, y es impensable realizar ejercicios más complicados sin lograr un total dominio sobre los más básicos.
A mi entender el Yoga es mucho más profundo que un simple ejercicio físico, y cada asana está cargada de detalles, los cuales son imprescindibles conocer para hacer una práctica saludable y beneficiosa.
La práctica del Yoga debe ser diaria o casi diaria. Hacer de esto una costumbre, una rutina, algo habitual.
![]() |
Alba Gelices Miguel |
Y esto sólo se consigue bajo la supervisión de un buen profesor de Yoga con una larga experiencia y dedicación.
Son muchos, miles e incluso millones los practicantes de yoga en el mundo, pero mayoritariamente dentro de un entorno de grupo, en clases. Son muy pocos los que fuera de este círculo de clases realizan una práctica individual diaria dentro de su rutina.
Más del 70% de los alumnos no practican yoga fuera de las clases semanales.
Y entre los motivos que exponen para no practicar en casa las respuestas habituales son:
Falta de tiempo
Falta de espacio y/o tiempo
Falta de motivación o autodisciplina para practicar solo
Falta de profesor
Los secretos de la práctica del Yoga son la constancia y la repetición. En cualquier disciplina se repite un mismo ejercicio hasta dominarlo del todo, y es impensable realizar ejercicios más complicados sin lograr un total dominio sobre los más básicos.
10 noviembre 2013
UN SINFÍN DE BENEFICIOS CON EL YOGA
El Yoga reporta beneficios a nivel físico, psíquico y bioquímico. Se trata de un enfoque holístico hacia el bienestar. La práctica de asanas ha beneficiado y sigue beneficiando a millones de personas en todo el mundo. La meditación y el yoga nidra contribuyen a un equilibrio psíquico y mental comparables al mejor tratamiento contra la ansiedad o la depresión.
A nivel bioquímico disminuye los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, y aumentan los linfocitos y la hemoglobina.
Un estudio científico realizado por el Dr. Timothy McCall durante un tiempo determinado y a diferentes personas constató que el Yoga ofrece una mejora general en el cuerpo humano, y quedó reflejado en el libro "50 formas de sanar a un Yogui".
Según una imagen de la tradición (Katha Upanishad) el ser humano se podría representar como un carruaje: los caballos serían las emociones, el cochero la mente, el coche nuestro cuerpo y el amo nuestra verdadera esencia. Por lo tanto se pueden ver las emociones como una parte importante del viaje que cumplimos en esta vida, pero sin perder de vista que quien sabe realmente cual es nuestra meta es el amo interior, y que las acciones que se originan desde ese lugar son las más adecuada para nuestra vida.
Desde el punto de vista del yoga entonces las emociones se consideran actividades del corazón así como los pensamientos son actividades de la mente; debido a la impermanencia de ambos nuestro objetivo es reducir la intensidad de las emociones y la velocidad del pensamiento para dejar espacio a esa voz interior inmutable, fuente de sabiduría y de ecuanimidad (purusha).
Podríamos dividir las emociones en dos grandes grupos según la sensación que nos transmiten:
Sukham: una sensación positiva y funcional al crecimiento interior, cuyas cualidades son pensamientos positivos, funciones fisiológicas equilibradas y respiración profunda y regular.
Duhkham: una sensación negativa de restricción en el espacio del pecho, marcada por una actitud mental negativa, cierta tensión y rigidez a nivel físico y una respiración alterada.
Según la tradición del yoga las causas de esta última experiencia vital (duhkham) viene en primer lugar de la dificultad en reconocer nuestro verdadero Ser (el amo del carruaje).
Patanjali nos dice que la incapacidad a reconocer quienes somos (avidya) genera una imagen de nosotros hecha de etiquetas exteriores con las que nos identificamos; este falso yo (asmita) va separando cada experiencia vital in algo para perseguir (raga) o para rechazar (dvesa) y eso genera una profunda inseguridad interior (abhinivesha) que se manifiesta en el sufrimiento que denominamos duhkam.
La dificultad interna en aceptar los cambios en nuestra vida, apegándonos a las seguridades que nuestro ego nos ha construido, y al mismo tiempo las continuas expectativas de cara a nuestros deseos, contribuyen a crear una rueda de malestares. Nuestro espacio interior está lleno de un pasado que no queremos dejar y de un futuro que queremos diferente y nos impide la vivencia del momento presente que es lo único que realmente tenemos.
Otra de las causas de dukham está en la predominancia de rajas, esa cualidad que a nivel emocional se expresa con emociones marcada por una fuerte energía de expansión y agitación mental, o de tamas, la cualidad opuesta, marcada por la confusión y el estancamiento. El objetivo del yoga es llevarnos a encontrar la tercera cualidad, sattva, la claridad y el equilibrio, ya que sólo a través de una mente clara y unas emociones equilibradas podremos ver la realidad tal como se nos manifiesta y actuar de la manera más oportuna y beneficiosa. El yoga, ayudándonos a reconocer “dónde estamos” en cuerpo, respiración y mente nos permite abrirnos a la transformación.
En el camino del yoga tenemos muchas herramientas para cuidar nuestro mundo emocional y conseguir el estado de sukham:
• Asana: las posturas de yoga pueden ayudarnos a cultivar la energía que necesitamos en el momento en el que las emociones se apoderan de nosotros. Si vivimos una experiencia emocional donde rajas predomina (rabia, agresividad, ansiedad, celos, envidia…), practicar posturas tumbados, ampliando la espiración, introduciendo pequeñas retenciones en vacío, estimulando la región del vientre (apana), visualizando la luna y su cualidad calmante pueden equilibrar esa alteración interna lo suficiente como para luego actuar desde una mayor calma interior. Al contrario, si tamas nos invade (generando miedo, tristeza, inseguridad, depresión…), sería oportuno practicar posturas de pie, activando la inspiración, abriendo el pecho (prana) y a lo mejor visualizando el sol y su poder activador y estimulante de nuestra fuerza interior.
La práctica constante de asanas nos dice Patanjali, nos ayuda a encontrar el equilibrio de los opuestos dentro de nosotros, haciendo que ese péndulo emocional tenga cada vez un recorrido más reducido hasta mantenernos lo más cerca al centro.
• Respiración (pranayama): la respiración es el índice más claro de nuestro estado interno ya que el diafragma es el primer músculo que se bloquea a consecuencia de nuestra vivencia emocional. Aprender durante los asanas una respiración lenta, profunda y regular, crea condiciones para que, en los momentos de necesidad, la podamos utilizar como herramienta para la búsqueda del equilibrio. Soltar el aire es también soltar una energía que no queremos invada nuestro espacio interior. Coger aire es también alimentarnos de la fuerza interior que necesitamos.
• Visualización (dharana): la capacidad de la mente de crear imágenes tiene un poder extraordinario sobre nuestro sistema psico-físico. Ampliar la visión que tenemos de nuestra experiencia utilizando imágenes que expandan la conciencia, como imágenes de la naturaleza, o simplemente recordar momentos de paz y armonía, puede modificar la energía interna hacia donde necesitamos, creando las condiciones para observar la vivencia desde la justa perspectiva, antes que actuar bajo el impulso de la emoción.
• Meditación (dhyana): a menudo durante la meditación experimentamos emociones recurrentes. Observar en qué parte del cuerpo retenemos la tensión emocional y llevar allí nuestra respiración liberándola nos ayudará quizá a ir descubriendo algún sentimiento más profundo o algún patrón que está en la raíz de esa emoción. Aceptarlo con ternura, escuchar su mensaje, colocarnos en un lugar lejano como observadores poco a poco nos puede ayudar a descubrir ese fondo neutro, de quietud, desde donde se tiene que originar la acción.
• Yama: son las actitudes que Patanjali nos sugiere hacia nuestro entorno, reconociendo la extraordinaria importancia de nuestra vida de relación como primer paso para seguir el camino del yoga. Cultivar la compasión (ahimsa), la honestidad (satya), la generosidad (asteya), la moderación en las acciones (brahamacharya) y aprender a tener lo correcto (aparigraha) en nuestra vida diaria, es sembrar semillas positivas en nuestro jardín interior, limitando el crecimiento de esas emociones perturbadoras (kleshas) que nos impiden ver quién realmente somos.
• Niyama: son las actitudes de cara a uno mismo que abonan las semillas que hemos plantado. Cultivar la pureza (saucha) en la mente, en el corazón y en el cuerpo se puede hacer por muchos caminos, desde una correcta alimentación hasta recuperando el contacto con la naturaleza, escuchar música que aporte bienestar o buscar la compañía de personas positivas. Cultivar el contentamiento (santosha) viviendo el momento presente, cultivar el entusiasmo (tapas) hacia el camino del yoga y su práctica. Cultivar la consciencia (svadhyaya) en cada gesto reconociendo hábitos, prejuicios y patrones negativos. Y finalmente ser conscientes de que no somos los únicos autores de nuestras vidas (isvara pranidhana), y que lo más sabio es hacer siempre lo mejor que podamos sin apegarnos al resultado de nuestra acción.
Es evidente que no se trata de un camino sin obstáculos, precisamente porque nuestra naturaleza profunda como seres humanos, junto a las experiencias que hemos vivido, deja en nuestra memoria una sensación-emoción dominante que se manifiesta a través de patrones de comportamientos repetitivos inconscientes. Como si fuéramos una planta donde la semilla (svabhava) es nuestra naturaleza, la emoción debida a la experiencia vivida es la planta (vasana), y cada vez que actuamos siguiendo esos patrones inconscientes del pasado hacemos que esa planta crezca y llegue a ser un árbol (samskara). Esto es lo que hace que podamos sentir viva una emoción que nos marcó, después de meses o años, sin importar el lugar o el tiempo que haya pasado.
Patanjali nos dice que quitar esa planta desde la raíz va a ser muy difícil, y sugiere que lo más sabio sea sustituir poco a poco patrones negativos con otros más saludables, llenando nuestro jardín interior de mucha variedad de plantas. Como si nos ayudara a soltar y disolver el pasado dándonos internamente la libertad de ser nuevos y únicos en cada momento.
No se trata entonces de intentar eliminar lo que sentimos o de reprimir la emoción, sino de hacernos conscientes de lo que estamos sintiendo, escuchar el mensaje que está detrás de esa vivencia y actuar desde un lugar más sabio y ecuánime, que es nuestro verdadero Ser.
La propuesta es que a través de los ocho pasos del karma yoga, que en parte hemos descrito arriba, nuestra vida llegue a ser más plena y armoniosa, ya que los caballos de nuestro carruaje, bien alimentados y conducidos por un cochero que sabe escuchar las indicaciones del amo, nos llevaran sin dificultad por el camino de nuestra vida.
concienciasinfronteras.com
A nivel bioquímico disminuye los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, y aumentan los linfocitos y la hemoglobina.
Un estudio científico realizado por el Dr. Timothy McCall durante un tiempo determinado y a diferentes personas constató que el Yoga ofrece una mejora general en el cuerpo humano, y quedó reflejado en el libro "50 formas de sanar a un Yogui".
Según una imagen de la tradición (Katha Upanishad) el ser humano se podría representar como un carruaje: los caballos serían las emociones, el cochero la mente, el coche nuestro cuerpo y el amo nuestra verdadera esencia. Por lo tanto se pueden ver las emociones como una parte importante del viaje que cumplimos en esta vida, pero sin perder de vista que quien sabe realmente cual es nuestra meta es el amo interior, y que las acciones que se originan desde ese lugar son las más adecuada para nuestra vida.
Desde el punto de vista del yoga entonces las emociones se consideran actividades del corazón así como los pensamientos son actividades de la mente; debido a la impermanencia de ambos nuestro objetivo es reducir la intensidad de las emociones y la velocidad del pensamiento para dejar espacio a esa voz interior inmutable, fuente de sabiduría y de ecuanimidad (purusha).
Podríamos dividir las emociones en dos grandes grupos según la sensación que nos transmiten:
Sukham: una sensación positiva y funcional al crecimiento interior, cuyas cualidades son pensamientos positivos, funciones fisiológicas equilibradas y respiración profunda y regular.
Duhkham: una sensación negativa de restricción en el espacio del pecho, marcada por una actitud mental negativa, cierta tensión y rigidez a nivel físico y una respiración alterada.
Según la tradición del yoga las causas de esta última experiencia vital (duhkham) viene en primer lugar de la dificultad en reconocer nuestro verdadero Ser (el amo del carruaje).
Patanjali nos dice que la incapacidad a reconocer quienes somos (avidya) genera una imagen de nosotros hecha de etiquetas exteriores con las que nos identificamos; este falso yo (asmita) va separando cada experiencia vital in algo para perseguir (raga) o para rechazar (dvesa) y eso genera una profunda inseguridad interior (abhinivesha) que se manifiesta en el sufrimiento que denominamos duhkam.
La dificultad interna en aceptar los cambios en nuestra vida, apegándonos a las seguridades que nuestro ego nos ha construido, y al mismo tiempo las continuas expectativas de cara a nuestros deseos, contribuyen a crear una rueda de malestares. Nuestro espacio interior está lleno de un pasado que no queremos dejar y de un futuro que queremos diferente y nos impide la vivencia del momento presente que es lo único que realmente tenemos.
Otra de las causas de dukham está en la predominancia de rajas, esa cualidad que a nivel emocional se expresa con emociones marcada por una fuerte energía de expansión y agitación mental, o de tamas, la cualidad opuesta, marcada por la confusión y el estancamiento. El objetivo del yoga es llevarnos a encontrar la tercera cualidad, sattva, la claridad y el equilibrio, ya que sólo a través de una mente clara y unas emociones equilibradas podremos ver la realidad tal como se nos manifiesta y actuar de la manera más oportuna y beneficiosa. El yoga, ayudándonos a reconocer “dónde estamos” en cuerpo, respiración y mente nos permite abrirnos a la transformación.
En el camino del yoga tenemos muchas herramientas para cuidar nuestro mundo emocional y conseguir el estado de sukham:
• Asana: las posturas de yoga pueden ayudarnos a cultivar la energía que necesitamos en el momento en el que las emociones se apoderan de nosotros. Si vivimos una experiencia emocional donde rajas predomina (rabia, agresividad, ansiedad, celos, envidia…), practicar posturas tumbados, ampliando la espiración, introduciendo pequeñas retenciones en vacío, estimulando la región del vientre (apana), visualizando la luna y su cualidad calmante pueden equilibrar esa alteración interna lo suficiente como para luego actuar desde una mayor calma interior. Al contrario, si tamas nos invade (generando miedo, tristeza, inseguridad, depresión…), sería oportuno practicar posturas de pie, activando la inspiración, abriendo el pecho (prana) y a lo mejor visualizando el sol y su poder activador y estimulante de nuestra fuerza interior.
La práctica constante de asanas nos dice Patanjali, nos ayuda a encontrar el equilibrio de los opuestos dentro de nosotros, haciendo que ese péndulo emocional tenga cada vez un recorrido más reducido hasta mantenernos lo más cerca al centro.
• Respiración (pranayama): la respiración es el índice más claro de nuestro estado interno ya que el diafragma es el primer músculo que se bloquea a consecuencia de nuestra vivencia emocional. Aprender durante los asanas una respiración lenta, profunda y regular, crea condiciones para que, en los momentos de necesidad, la podamos utilizar como herramienta para la búsqueda del equilibrio. Soltar el aire es también soltar una energía que no queremos invada nuestro espacio interior. Coger aire es también alimentarnos de la fuerza interior que necesitamos.
• Visualización (dharana): la capacidad de la mente de crear imágenes tiene un poder extraordinario sobre nuestro sistema psico-físico. Ampliar la visión que tenemos de nuestra experiencia utilizando imágenes que expandan la conciencia, como imágenes de la naturaleza, o simplemente recordar momentos de paz y armonía, puede modificar la energía interna hacia donde necesitamos, creando las condiciones para observar la vivencia desde la justa perspectiva, antes que actuar bajo el impulso de la emoción.
• Meditación (dhyana): a menudo durante la meditación experimentamos emociones recurrentes. Observar en qué parte del cuerpo retenemos la tensión emocional y llevar allí nuestra respiración liberándola nos ayudará quizá a ir descubriendo algún sentimiento más profundo o algún patrón que está en la raíz de esa emoción. Aceptarlo con ternura, escuchar su mensaje, colocarnos en un lugar lejano como observadores poco a poco nos puede ayudar a descubrir ese fondo neutro, de quietud, desde donde se tiene que originar la acción.
• Yama: son las actitudes que Patanjali nos sugiere hacia nuestro entorno, reconociendo la extraordinaria importancia de nuestra vida de relación como primer paso para seguir el camino del yoga. Cultivar la compasión (ahimsa), la honestidad (satya), la generosidad (asteya), la moderación en las acciones (brahamacharya) y aprender a tener lo correcto (aparigraha) en nuestra vida diaria, es sembrar semillas positivas en nuestro jardín interior, limitando el crecimiento de esas emociones perturbadoras (kleshas) que nos impiden ver quién realmente somos.
• Niyama: son las actitudes de cara a uno mismo que abonan las semillas que hemos plantado. Cultivar la pureza (saucha) en la mente, en el corazón y en el cuerpo se puede hacer por muchos caminos, desde una correcta alimentación hasta recuperando el contacto con la naturaleza, escuchar música que aporte bienestar o buscar la compañía de personas positivas. Cultivar el contentamiento (santosha) viviendo el momento presente, cultivar el entusiasmo (tapas) hacia el camino del yoga y su práctica. Cultivar la consciencia (svadhyaya) en cada gesto reconociendo hábitos, prejuicios y patrones negativos. Y finalmente ser conscientes de que no somos los únicos autores de nuestras vidas (isvara pranidhana), y que lo más sabio es hacer siempre lo mejor que podamos sin apegarnos al resultado de nuestra acción.
Es evidente que no se trata de un camino sin obstáculos, precisamente porque nuestra naturaleza profunda como seres humanos, junto a las experiencias que hemos vivido, deja en nuestra memoria una sensación-emoción dominante que se manifiesta a través de patrones de comportamientos repetitivos inconscientes. Como si fuéramos una planta donde la semilla (svabhava) es nuestra naturaleza, la emoción debida a la experiencia vivida es la planta (vasana), y cada vez que actuamos siguiendo esos patrones inconscientes del pasado hacemos que esa planta crezca y llegue a ser un árbol (samskara). Esto es lo que hace que podamos sentir viva una emoción que nos marcó, después de meses o años, sin importar el lugar o el tiempo que haya pasado.
Patanjali nos dice que quitar esa planta desde la raíz va a ser muy difícil, y sugiere que lo más sabio sea sustituir poco a poco patrones negativos con otros más saludables, llenando nuestro jardín interior de mucha variedad de plantas. Como si nos ayudara a soltar y disolver el pasado dándonos internamente la libertad de ser nuevos y únicos en cada momento.
No se trata entonces de intentar eliminar lo que sentimos o de reprimir la emoción, sino de hacernos conscientes de lo que estamos sintiendo, escuchar el mensaje que está detrás de esa vivencia y actuar desde un lugar más sabio y ecuánime, que es nuestro verdadero Ser.
La propuesta es que a través de los ocho pasos del karma yoga, que en parte hemos descrito arriba, nuestra vida llegue a ser más plena y armoniosa, ya que los caballos de nuestro carruaje, bien alimentados y conducidos por un cochero que sabe escuchar las indicaciones del amo, nos llevaran sin dificultad por el camino de nuestra vida.
concienciasinfronteras.com
06 octubre 2013
YOGA. CONFÍA EN TI MISMO
"Como no sabía que era imposible, lo hice"
ALBERT EINSTEIN
Nuestras creencias sobre nosotros mismos pueden actuar como freno o dificultad para nuestra realización, o nos puede catapultar a lo más alto, consiguiendo hacer de nosotros el mejor "yo" que podamos ser.
Es la actitud que tomemos ante la práctica y ante la vida en general y las creencias que tengamos sobre nosotros mismos lo que determina la realidad que somos.
Por lo general, no sabemos lo que podemos llegar a ser o a hacer hasta que no lo intentamos, pero para intentarlo debemos partir de la confianza mínima para dar un primer paso, al que le seguiran otros muchos. Para crear, para hacer realidad, es necesario una primera condición: creer que podemos.
Confianza en nosotros mismos, esperar que el tiempo haga el resto. La práctica del yoga es cuestión de credulidad, franqueza hacia uno mismo. Hacerlo bien hoy, dejar mañana para mañana. Respiración, postura, amor a lo que haces. Deja que el tiempo haga el resto.
Práctica, práctica, práctica y todo llegará. Pattabhi Jois
Recuerda que la práctica sirve de vehículo para regresar a la esencia de nuestro Ser.
La vida es generosa con aquellos que persiguen sus sueños. Paulo Coelho
ALBERT EINSTEIN
Nuestras creencias sobre nosotros mismos pueden actuar como freno o dificultad para nuestra realización, o nos puede catapultar a lo más alto, consiguiendo hacer de nosotros el mejor "yo" que podamos ser.
Es la actitud que tomemos ante la práctica y ante la vida en general y las creencias que tengamos sobre nosotros mismos lo que determina la realidad que somos.
Por lo general, no sabemos lo que podemos llegar a ser o a hacer hasta que no lo intentamos, pero para intentarlo debemos partir de la confianza mínima para dar un primer paso, al que le seguiran otros muchos. Para crear, para hacer realidad, es necesario una primera condición: creer que podemos.
Confianza en nosotros mismos, esperar que el tiempo haga el resto. La práctica del yoga es cuestión de credulidad, franqueza hacia uno mismo. Hacerlo bien hoy, dejar mañana para mañana. Respiración, postura, amor a lo que haces. Deja que el tiempo haga el resto.
Práctica, práctica, práctica y todo llegará. Pattabhi Jois
Recuerda que la práctica sirve de vehículo para regresar a la esencia de nuestro Ser.
La vida es generosa con aquellos que persiguen sus sueños. Paulo Coelho
29 septiembre 2013
TIEMPO AL TIEMPO
El tiempo es el error que se rectifica, la verdad que se aprende y que se enseña, el mal que se evita, el consuelo que se da, la aptitud que se adquiere para la plenitud de la existencia el tiempo es virtud que se robustece, el sentimiento que se purifica, la inteligencia que se dilata; el tiempo es la perfección, la vida. Concepción Arenal
Cualquier contratiempo, discusión y problema puede adquirir una importancia y una perspectiva insignificante si la contemplamos a cincuenta, setenta o cien años de distancia. El aprendiz de sabio adapta bien su pupila mental y consigue ver simples granos de arena donde otros ven montañas.
Dice Blas Pascal que el tiempo tiene la propiedad de curar las penas y las injurias porque todos cambiamos y dejamos de ser la misma persona, y ni el ofensor ni el ofendido son el mismo. Pues es la pura verdad y ahora mismo estoy recordando que muchas personas que hace años me caían mal o me eran indiferentes ahora me parecen estupendas. A ellas les sucederá lo mismo conmigo sin duda. Por eso, con los años y procurando no echar en saco roto la sabiduría que nos depara la experiencia de cada día, llegamos a relativizarlo todo, a enfadarnos menos y a no poner el grito en el cielo para cualquier fruslería.
Yo termino de hacer una lista de diez problemas, adversidades y contratiempos de mi vida pasada, y he tratado de rememorar la preocupación y la angustia con que viví algunos de estos hechos, como dejar la enseñaza y la dirección de un centro educativo con treinta y ocho años y embarcarme en el incierto proyecto de montar mi propio despacho profesional, colaborar en los medios de comunicación, escribir libros y abrirme un camino en la peligrosa selva de esta vida. Por suerte, gracias a Dios todo me salió bien, y ahora cuando vuelvo la vista atrás me parecen injustificados los temores y las dudas que me embargaban cuando por aquellos años di un nuevo rumbo a mi vida.
Por eso resulta beneficioso contemplar a una distancia de veinte o treinta años cualquier problema grave, conflicto o adversidad con que nos enfrentamos en estos momentos. Por cierto, si yo he confeccionado mi propia lista de adversidades y contratiempos de mi vida pasada, el amable lector podría hacer lo mismo y comprobar que apenas concedemos importancia a aquellos temores, desasosiegos y desvelos, contemplados con la distancia de los años.
Eso que tanto te angustia y quita el sueño ahora mismo será para ti una verdadera bobada, algo insignificante dentro de poco tiempo. ¿Sabes lo que hace el aprendiz de sabio? Pues que todo lo que puede preocuparte o crearle su intranquilidad lo proyecta en el tiempo y acaba por verlo y considerarlo en su propia insignificancia.
Tranquilízate y disfruta de la vida, Haz lo que debes y después déjale al tiempo su tarea, porque como decía García Lorca, "esperando, el nudo se deshace y la fruta madura".
Aprendiz de Sabio. Bernabé Tierno
Cualquier contratiempo, discusión y problema puede adquirir una importancia y una perspectiva insignificante si la contemplamos a cincuenta, setenta o cien años de distancia. El aprendiz de sabio adapta bien su pupila mental y consigue ver simples granos de arena donde otros ven montañas.

Yo termino de hacer una lista de diez problemas, adversidades y contratiempos de mi vida pasada, y he tratado de rememorar la preocupación y la angustia con que viví algunos de estos hechos, como dejar la enseñaza y la dirección de un centro educativo con treinta y ocho años y embarcarme en el incierto proyecto de montar mi propio despacho profesional, colaborar en los medios de comunicación, escribir libros y abrirme un camino en la peligrosa selva de esta vida. Por suerte, gracias a Dios todo me salió bien, y ahora cuando vuelvo la vista atrás me parecen injustificados los temores y las dudas que me embargaban cuando por aquellos años di un nuevo rumbo a mi vida.
Por eso resulta beneficioso contemplar a una distancia de veinte o treinta años cualquier problema grave, conflicto o adversidad con que nos enfrentamos en estos momentos. Por cierto, si yo he confeccionado mi propia lista de adversidades y contratiempos de mi vida pasada, el amable lector podría hacer lo mismo y comprobar que apenas concedemos importancia a aquellos temores, desasosiegos y desvelos, contemplados con la distancia de los años.
Eso que tanto te angustia y quita el sueño ahora mismo será para ti una verdadera bobada, algo insignificante dentro de poco tiempo. ¿Sabes lo que hace el aprendiz de sabio? Pues que todo lo que puede preocuparte o crearle su intranquilidad lo proyecta en el tiempo y acaba por verlo y considerarlo en su propia insignificancia.
Tranquilízate y disfruta de la vida, Haz lo que debes y después déjale al tiempo su tarea, porque como decía García Lorca, "esperando, el nudo se deshace y la fruta madura".
Aprendiz de Sabio. Bernabé Tierno
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