De pie con los pies paralelos anchura de caderas inclínate hacia delante y coloca los brazos entre las piernas para que los hombros queden detrás de las rodillas.
Apoya cada mano en el suelo detrás de los talones con los dedos hacia delante. Para realizar esta postura correctamente, las piernas deben estar apoyadas en la parte más alta de los brazos.
Gradualmente inclínate hacia atrás y transfiere el peso del cuerpo desde los pies hasta las manos. Apoya la cara posterior de los muslos en la parte superior de los brazos, como si te sentaras sobre los codos. Estira los brazos y mantén el equilibrio sobre las manos.
Despega los pies del suelo y estira las piernas.
Al principio resulta difícil extenderlas en esta posición, así que realiza varias flexiones hacia adelante para relajar los tendones del hueco popliteo y así facilitar la práctica.
Presiona las piernas contra los brazos, estira los dedos de los pies y mira recto hacia delante. Mantén durante varias respiraciones. Los practicantes avanzados pueden intentar llevar las caderas hacia abajo y los pies hacia arriba, para que las piernas queden más verticales.
Al igual que todas las posturas de equilibrio sobre brazos, la Luciérnaga fortalece las muñecas, brazos y hombros y estira los tendones de la corva.
28 octubre 2012
23 octubre 2012
YOGA. UN CAMBIO DE PERSPECTIVA HACIA EL PRESENTE
En los Yoga Sutras de Patanjali , el Yoga es definido como un estado de consciencia.
Es un estado de atención suprema, una meditación en movimiento durante la práctica de asanas.
Generalmente la mente humana no para de avanzar y retroceder en los pensamientos. Pensamos en el futuro si planeamos cambios en nuestra vida, o imaginamos situaciones que quizás nunca sucedan, o nos vamos al pasado reciente o lejano. La mente tiende fácilmente a la distracción.
En la práctica activa del Yoga ocurre generalmente que olvidamos porqué practicamos, cuál es la razón por la que estamos ahí.
Es bueno recordar, antes de comenzar la práctica, cuando hacemos un poco de silencio tumbados en el suelo o con las manos juntas en namasté, cuál es la razón por la que practicamos Yoga., ¿Qué buscamos?, ¿Por qué? ¿Es importante para nosotros el desarrollo de la atención?, ¿Buscamos estar presentes mientras practicamos?.
Estas preguntas nos van a orientar en los momentos de distracción.
La atención es como una luz que enfoca a lo que sea para hacerlo más claro. Una y otra vez debemos despertarla.
Mientras practicamos, de alguna manera, rompemos con la dinámica mental que llevamos durante el día, en el trabajo, en el hogar y centramos nuestra mente en sentir nuestro cuerpo, como estira, como se relaja, como se contrae. Unas veces avanzo, otras retrocedo para más tarde volver a avanzar.
Y la mente sigue consciente en un estado latente de observación olvidando pasado y futuro, viviendo y sintiendo el ahora, el más auténtico presente.
Además la práctica del Yoga puede impregnar toda nuestra vida, más allá del beneficio físico que produce una hora o una hora y media de posturas y respiración. Nos otorga maravillosas herramientas para relacionarnos en la vida cotidiana y profundizar el contacto con otros seres humanos.
La transferencia del poder que la práctica nos otorga a la vida de todos los días depende de nuestra habilidad, de la fuerza de nuestra búsqueda y de nuestra creatividad.
Estar presentes, con el cuerpo relajado, sin resistencia mental, en las actividades cotidianas como trabajar, comer con la familia, jugar con nuestros hijos, pasear en moto, nos posibilita ser más receptivos a nuestro mundo interno y externo. Debemos educar a nuestra mente a "estar presente" en nuestras actividades más simples, pues creemos que esto tiene poco valor. Pero si no podemos estar presentes en las actividades simples, nunca lo estaremos en esos momentos que consideramos "más importantes".
Cuando generamos silencio en la mente y en el cuerpo, creamos espacio para ideas de un orden superior, nos ponemos en contacto con el presente, con nuestra vida, que únicamente ocurre en el presente, en el ahora.
El silencio interno es un alimento.
Cuanto más recibimos de este fruto, más fuerte se hace nuestro espíritu, más integradas se vuelven nuestras vidas, más felices no sentiremos.
Es un estado de atención suprema, una meditación en movimiento durante la práctica de asanas.
Generalmente la mente humana no para de avanzar y retroceder en los pensamientos. Pensamos en el futuro si planeamos cambios en nuestra vida, o imaginamos situaciones que quizás nunca sucedan, o nos vamos al pasado reciente o lejano. La mente tiende fácilmente a la distracción.
En la práctica activa del Yoga ocurre generalmente que olvidamos porqué practicamos, cuál es la razón por la que estamos ahí.
Es bueno recordar, antes de comenzar la práctica, cuando hacemos un poco de silencio tumbados en el suelo o con las manos juntas en namasté, cuál es la razón por la que practicamos Yoga., ¿Qué buscamos?, ¿Por qué? ¿Es importante para nosotros el desarrollo de la atención?, ¿Buscamos estar presentes mientras practicamos?.
Estas preguntas nos van a orientar en los momentos de distracción.
La atención es como una luz que enfoca a lo que sea para hacerlo más claro. Una y otra vez debemos despertarla.
Mientras practicamos, de alguna manera, rompemos con la dinámica mental que llevamos durante el día, en el trabajo, en el hogar y centramos nuestra mente en sentir nuestro cuerpo, como estira, como se relaja, como se contrae. Unas veces avanzo, otras retrocedo para más tarde volver a avanzar.
Y la mente sigue consciente en un estado latente de observación olvidando pasado y futuro, viviendo y sintiendo el ahora, el más auténtico presente.
Además la práctica del Yoga puede impregnar toda nuestra vida, más allá del beneficio físico que produce una hora o una hora y media de posturas y respiración. Nos otorga maravillosas herramientas para relacionarnos en la vida cotidiana y profundizar el contacto con otros seres humanos.
La transferencia del poder que la práctica nos otorga a la vida de todos los días depende de nuestra habilidad, de la fuerza de nuestra búsqueda y de nuestra creatividad.
Estar presentes, con el cuerpo relajado, sin resistencia mental, en las actividades cotidianas como trabajar, comer con la familia, jugar con nuestros hijos, pasear en moto, nos posibilita ser más receptivos a nuestro mundo interno y externo. Debemos educar a nuestra mente a "estar presente" en nuestras actividades más simples, pues creemos que esto tiene poco valor. Pero si no podemos estar presentes en las actividades simples, nunca lo estaremos en esos momentos que consideramos "más importantes".
Cuando generamos silencio en la mente y en el cuerpo, creamos espacio para ideas de un orden superior, nos ponemos en contacto con el presente, con nuestra vida, que únicamente ocurre en el presente, en el ahora.
El silencio interno es un alimento.
Cuanto más recibimos de este fruto, más fuerte se hace nuestro espíritu, más integradas se vuelven nuestras vidas, más felices no sentiremos.
21 octubre 2012
ANUSARA. EL YOGA TÁNTRICO QUE SE ABRE A LA GRACIA
Estilo de Yoga fundado por John Friend en 1997.
Es una práctica de yoga muy poderosa combinada con filosofía Tántrica simbolizada por la celebración de la apertura del corazón.
Anusara significa en sánscrito fluir con Gracia, seguir al corazón.
No existe dogma rígido, el sistema está abierto a posibles reestructuraciones y cambios continuos.
La filosofía de la que bebe (Tantra) preconiza que el Universo manifestado, que es percibido por nuestros sentidos e interpretado por nuestro cerebro, es una manifestación de la Divinidad que es pura bendición.
Todo es consciencia suprema, nada existe que no sea conciencia de Dios, por tanto, en la práctica abrimos nuestro corazón al momento presente, sin presión.
Su fundador empezó a practicar Yoga a edad temprana en varios estilos y con diferentes maestros.
Estudió Budismo, Taoismo, Sufismo y Masonería entre otros.
Entró en el mundo de la Kinesiología y diferentes tipos de masaje.
La intención principal al practicar Anusara es alinear con el flujo de la Gracia, despertar a la verdad de que nuestra naturaleza esencial es parte de ese flujo divino y de servir a ese flujo con amor y alegría.
La práctica impone basarse en las tres A: Actitud, Alineación y Acción:
Actitud: Poder o energía de estar completo en cada asana. Sentir la plenitud y el gozo.
Alineación: Relacionado con la mente. Observación de que varias partes se interconectan.
Acción: Poder del cuerpo y flujo natural de energía que proporciona estabilidad y libertad.
Anusara yoga trabaja con los cinco principios de alineación más importantes.
La apertura a la gracia: el profesional debe poner énfasis en la alineación con la Conciencia Suprema. Acitud devocional y amplitud de miras.
Energía muscular: Un dibujo de la energía de la periferia del cuerpo en una ubicación central en el cuerpo, denominada punto focal. La energía muscular busca el equilibrio, fuerza e integración física en la postura.
Espiral interior: Una energía de expansión en espiral. En las piernas se extiende desde los pies hacia arriba a través de la pelvis en el área de la cintura para girar las piernas hacia adentro, mover las piernas hacia atrás, y ampliar los muslos y la pelvis. En el interior de los brazos en espiral hace girar los antebrazos hacia adentro desde anatómico neutral.
Espiral exterior: Espiral que se ejecuta en las piernas desde la zona de la cintura hacia abajo y hacia afuera a través de las piernas y los pies para llevar la pelvis y los muslos más cerca.
Energía ecológica: Una extensión hacia el exterior de la energía desde el punto focal a través de las líneas principales del cuerpo a la periferia del cuerpo, lo que aumenta la expansión, flexibilidad y libertad en la postura.
Además en Anusara se destaca 3 puntos focales donde coincide el peso de la mayor parte del cuerpo según la postura que trabajes.
Punto focal pélvico, se encuentra en el núcleo de la pelvis.
Punto focal del corazón, localizado en la parte inferior del corazón.
Punto focal del paladar inferior, localizado en el techo de la boca.
Agrega también en la práctica del alineamiento los Loops (o lazos en forma de movimiento) de energía que acompañan durante toda la práctica física de yoga.
SHIVAISMO DE CACHEMIRA (PDF)
Es una práctica de yoga muy poderosa combinada con filosofía Tántrica simbolizada por la celebración de la apertura del corazón.
Anusara significa en sánscrito fluir con Gracia, seguir al corazón.
No existe dogma rígido, el sistema está abierto a posibles reestructuraciones y cambios continuos.
La filosofía de la que bebe (Tantra) preconiza que el Universo manifestado, que es percibido por nuestros sentidos e interpretado por nuestro cerebro, es una manifestación de la Divinidad que es pura bendición.
Todo es consciencia suprema, nada existe que no sea conciencia de Dios, por tanto, en la práctica abrimos nuestro corazón al momento presente, sin presión.
Su fundador empezó a practicar Yoga a edad temprana en varios estilos y con diferentes maestros.
Estudió Budismo, Taoismo, Sufismo y Masonería entre otros.
Entró en el mundo de la Kinesiología y diferentes tipos de masaje.
La intención principal al practicar Anusara es alinear con el flujo de la Gracia, despertar a la verdad de que nuestra naturaleza esencial es parte de ese flujo divino y de servir a ese flujo con amor y alegría.
Actitud: Poder o energía de estar completo en cada asana. Sentir la plenitud y el gozo.
Alineación: Relacionado con la mente. Observación de que varias partes se interconectan.
Acción: Poder del cuerpo y flujo natural de energía que proporciona estabilidad y libertad.
Anusara yoga trabaja con los cinco principios de alineación más importantes.
La apertura a la gracia: el profesional debe poner énfasis en la alineación con la Conciencia Suprema. Acitud devocional y amplitud de miras.
Energía muscular: Un dibujo de la energía de la periferia del cuerpo en una ubicación central en el cuerpo, denominada punto focal. La energía muscular busca el equilibrio, fuerza e integración física en la postura.
Espiral interior: Una energía de expansión en espiral. En las piernas se extiende desde los pies hacia arriba a través de la pelvis en el área de la cintura para girar las piernas hacia adentro, mover las piernas hacia atrás, y ampliar los muslos y la pelvis. En el interior de los brazos en espiral hace girar los antebrazos hacia adentro desde anatómico neutral.
Espiral exterior: Espiral que se ejecuta en las piernas desde la zona de la cintura hacia abajo y hacia afuera a través de las piernas y los pies para llevar la pelvis y los muslos más cerca.
Energía ecológica: Una extensión hacia el exterior de la energía desde el punto focal a través de las líneas principales del cuerpo a la periferia del cuerpo, lo que aumenta la expansión, flexibilidad y libertad en la postura.
Además en Anusara se destaca 3 puntos focales donde coincide el peso de la mayor parte del cuerpo según la postura que trabajes.
Punto focal pélvico, se encuentra en el núcleo de la pelvis.
Punto focal del corazón, localizado en la parte inferior del corazón.
Punto focal del paladar inferior, localizado en el techo de la boca.
Agrega también en la práctica del alineamiento los Loops (o lazos en forma de movimiento) de energía que acompañan durante toda la práctica física de yoga.
SHIVAISMO DE CACHEMIRA (PDF)
14 octubre 2012
ARDHA BADDHA PADMA PASCHIMOTTANASANA. EL MEDIO LOTO ESTIRADO
Ardha significa mitad, baddha significa agarrado, restringido, y padma sinifica loto.
Paschimottanasana es la postura en la que la parte posterior de todo el cuerpo se ve intensamente estirada.
Siéntese en el suelo con las piernas estiradas y rectas hacia delante.
Doble la pierna izquierda y coloque el pie izquierdo sobre el muslo derecho. El talón izquierdo debe presionar el ombligo y los dedos del pie deben estar estirados y recogidos hacia atrás. Ésta es la postura del medio loto.
Lleve el brazo izquierdo hacia atrás, rodeando la espalda, y con una espiración sujete el dedo gordo del pie izquierdo. Si no logra agarrar fácilmente el dedo, lleve el hombro izquierdo hacia atrás.
Tras haber agarrado el dedo gordo del pie izquierdo, acerque la rodilla izquierda doblada a la pierna derecha extendida. Extienda el brazo derecho hacia delante y agarre el pie derecho con la mano derecha, tocando la planta del pie con la palma de la mano.
Inspire, estire la espalda y dirija la mirada hacia arriba unos segundos sin soltar la sujeción del dedo gordo del pie izquierdo.
Espire, incline el tronco hacia delante doblando el codo derecho hacia afuera. Apoye la frente, luego la nariz, luego los labios y, finalmente, la barbilla en la rodilla derecha.
Al principio, la rodilla de la pierna extendida se levantará del suelo. Tense los músculos del muslo y apoye enteramente la cara posterior de la pierna derecha extendida en el suelo.
Si no logra agarrar el dedo del pie con la mano por detrás, sujete la pierna extendida con ambas manos y siga la técnica indicada anteriormente.
Debido a la postura del medio loto, las rodillas se flexibilizan lo bastante como para poder ejecutar la postura del loto entero. Al colocar la barbilla encima de la rodilla de la pierna extendida, la rodilla doblada se acerca a la pierna estirada, lo que ejerce una saludable presión sobre el ombligo y los órganos abdominales. La sangre circula mejor alrededor del ombligo y de los órganos genitales. El ombligo se considera un centro nervioso, y svadhisthana chakra, uno de los centros reguladores purificadores del sistema nervioso humano, está situado en él. Este chakra corresponde al plexo hipogástrico. Esta ásana se recomienda a las personas con hombros caídos.
Paschimottanasana es la postura en la que la parte posterior de todo el cuerpo se ve intensamente estirada.
Siéntese en el suelo con las piernas estiradas y rectas hacia delante.
Doble la pierna izquierda y coloque el pie izquierdo sobre el muslo derecho. El talón izquierdo debe presionar el ombligo y los dedos del pie deben estar estirados y recogidos hacia atrás. Ésta es la postura del medio loto.
Lleve el brazo izquierdo hacia atrás, rodeando la espalda, y con una espiración sujete el dedo gordo del pie izquierdo. Si no logra agarrar fácilmente el dedo, lleve el hombro izquierdo hacia atrás.
Tras haber agarrado el dedo gordo del pie izquierdo, acerque la rodilla izquierda doblada a la pierna derecha extendida. Extienda el brazo derecho hacia delante y agarre el pie derecho con la mano derecha, tocando la planta del pie con la palma de la mano.
Inspire, estire la espalda y dirija la mirada hacia arriba unos segundos sin soltar la sujeción del dedo gordo del pie izquierdo.
Espire, incline el tronco hacia delante doblando el codo derecho hacia afuera. Apoye la frente, luego la nariz, luego los labios y, finalmente, la barbilla en la rodilla derecha.
Al principio, la rodilla de la pierna extendida se levantará del suelo. Tense los músculos del muslo y apoye enteramente la cara posterior de la pierna derecha extendida en el suelo.
Si no logra agarrar el dedo del pie con la mano por detrás, sujete la pierna extendida con ambas manos y siga la técnica indicada anteriormente.
Debido a la postura del medio loto, las rodillas se flexibilizan lo bastante como para poder ejecutar la postura del loto entero. Al colocar la barbilla encima de la rodilla de la pierna extendida, la rodilla doblada se acerca a la pierna estirada, lo que ejerce una saludable presión sobre el ombligo y los órganos abdominales. La sangre circula mejor alrededor del ombligo y de los órganos genitales. El ombligo se considera un centro nervioso, y svadhisthana chakra, uno de los centros reguladores purificadores del sistema nervioso humano, está situado en él. Este chakra corresponde al plexo hipogástrico. Esta ásana se recomienda a las personas con hombros caídos.
INDIA. CULTURA Y TRADICIÓN I
Según diversos historiadores India es la "civilización más antigua de la Tierra", con tradiciones culturales que se remontan a 8000 años a.C., y registros en los Vedas, que se cree que poseen entre 3000 y 5000 años de antigüedad.
Con respecto a la religión la India ha sido cuna de religiones como el hinduismo, sijismo, el budismo y el jainismo, con influencia notable no solo en la India, sino también en el resto del mundo, siendo el budismo una de las religiones más practicadas en la actualidad, con más de 500 millones de creyentes.
Las raíces de la civilización india se remontan en el tiempo hasta la prehistoria. Las primeras huellas de la actividad humana en el subcontinente indio datan de la Edad de Piedra (400000-200000 a.C.) Se han hallado utensilios de este largo período de tiempo en Rajastán, Gujarat, Bihar y en el extremo sur de la península de Indostán.
Estos pueblos paleolíticos fueron cazadores y recolectores seminómadas durante muchos milenios. Existían 5 razas principales cuando tuvo lugar el cambio a un estilo de vida agrícola, a mediados del milenio IX a.C.: la raza negrito, la protoaustraloide, la mediterránea, la mongoloide y el pueblo alpino.
Las primeras evidencias de asentamientos agrícolas en las planicies occidentales del Indo son coetáneas de establecimientos similares desarrollados en Egipto, Mesopotamia y Persia. Estos asentamientos crecieron gradualmente y sus habitantes comenzaron a utilizar el cobre y el bronce, domesticaron animales, fabricaron vasijas de barro y practicaron un comercio incipiente.
En 1920, cuando el arqueólogo británico sir John Mashall descubrió las ciudades neolíticas de Harappa y Mohenjodaro, salió a la luz la primera gran civilización india, que fue una cultura muy desarrollada, comparable a la Mesopotamia, aunque con un lenguaje que no ha podido ser descifrado.
En la actualidad se conocen más de 170 núcleos urbanos pertenecientes a esta civilización, que se extendía a lo largo de 1500 km en torno al río Indo y hasta los estados indios de Gujarat y Haryana. Los utensilios y el aspecto de las ciudades, que se desarrollaron algo después que las de Egipto y Mesopotamia, presentan una gran uniformidad, por lo que los asentamientos en su conjunto reciben el nombre de civilización de Harappa o civilización del valle del Indo.
La civilización neolítica se desarrolló a partir del milenio III a.C., en torno a los 5 afluentes del río Indo que dan nombre al Punjab (Estado dividido entre India y Pakistán desde 1947). Mohenjodaro y Harappa, los dos núcleos principales de esta civilización, pertenecen a Pakistán. Los sitios principales en India son Ropar en el Punjab, Lothal en Gujarat y Kalibangan en Rajastán.
Todas las ciudades estaban bien planificadas y construidas con ladrillos cocidos del mismo tamaño. Las calles estaban trazadas en ángulo recto y contaban con un elaborado sistema de alcantarillado cubierto. La artesanía contemplaba el uso de varios metales como cobre, bronce, plomo y estaño; algunos remanentes de los hornos dan testimonio de ello.
Está certificado el uso de animales domesticados, que incluyen camellos, cabras, búfalos de agua y aves. Los harappenses cultivaban trigo, cebada, guisantes y sésamo, y fueron probablemente los primeros en cosechar algodón y en hacer telas de su fibra. El comercio se considera una de las principales actividades de la civilización del Valle del Indo, pues cada mercader poseía su propio sello y se han descubierto en gran cantidad.
Las figuras de deidades grabadas en algunos sellos indican que los harappenses adoraban a dioses y diosas de formas masculinas y femeninas, en honor de las cuales practicaban algunos rituales y ceremonias. No ha pervivido ninguna escultura monumental, pero se ha descubierto un gran número de estatuillas humanas, como el busto de un hombre hecho de esteatita, que representa a un sacerdote, y una sorprendente bailarina de bronce. Han aparecido innumerables estatuas de terracota de la diosa madre, indicativas de que su culto era una constumbre generalizada.
Tras la invasión de los pueblos indoeuropeos de la península de Indostán se desarrollaron en India los períodos védico (1500-600 a.C.) y brahmánico (600-300 a.C.), de los que quedan numerosos testimonios literarios, pero muy pocos restos arqueológicos, por lo que durante mucho tiempo se consideró que estos períodos pertenecían al ámbito de la leyenda y que la cultura india más antigua era la que había surgido a raíz de los contactos de la península con Occidente, como consecuencia de las invasiones de la región de Gandhara por persas y griegos.
A partir de 1500 a.c. una serie de nuevos clanes seminómadas, provenientes de las estepas de Irán y con una lengua indoeuropea, se asentaron en los fértiles valles del Punjab y del Indo, antes de extenderse hacia la planicie del Ganges.
Estos nuevos habitantes de India aportaron una serie de nuevas creencias, una cosmogonía y un ritual que fueron absorbidos por los aborígenes, llamados por los invasores "adoradores del falo" y "negritos". El elemento Indoeuropeo, caracterizado por una cultura ganadera y guerrera que adoraba divinidades fundamentalmente masculinas personificadoras de fuerzas de la naturaleza, su fundió con el sustrato preario en muchos aspectos, como la tradición agrícola y sedentaria, el culto a fuerzas femeninas y la creencia en la reencarnación, para dar lugar a lo que se conoce como cultura védica, origen y base de toda la civilización india.
Con respecto a la religión la India ha sido cuna de religiones como el hinduismo, sijismo, el budismo y el jainismo, con influencia notable no solo en la India, sino también en el resto del mundo, siendo el budismo una de las religiones más practicadas en la actualidad, con más de 500 millones de creyentes.
Las raíces de la civilización india se remontan en el tiempo hasta la prehistoria. Las primeras huellas de la actividad humana en el subcontinente indio datan de la Edad de Piedra (400000-200000 a.C.) Se han hallado utensilios de este largo período de tiempo en Rajastán, Gujarat, Bihar y en el extremo sur de la península de Indostán.
Estos pueblos paleolíticos fueron cazadores y recolectores seminómadas durante muchos milenios. Existían 5 razas principales cuando tuvo lugar el cambio a un estilo de vida agrícola, a mediados del milenio IX a.C.: la raza negrito, la protoaustraloide, la mediterránea, la mongoloide y el pueblo alpino.
Las primeras evidencias de asentamientos agrícolas en las planicies occidentales del Indo son coetáneas de establecimientos similares desarrollados en Egipto, Mesopotamia y Persia. Estos asentamientos crecieron gradualmente y sus habitantes comenzaron a utilizar el cobre y el bronce, domesticaron animales, fabricaron vasijas de barro y practicaron un comercio incipiente.
En 1920, cuando el arqueólogo británico sir John Mashall descubrió las ciudades neolíticas de Harappa y Mohenjodaro, salió a la luz la primera gran civilización india, que fue una cultura muy desarrollada, comparable a la Mesopotamia, aunque con un lenguaje que no ha podido ser descifrado.
En la actualidad se conocen más de 170 núcleos urbanos pertenecientes a esta civilización, que se extendía a lo largo de 1500 km en torno al río Indo y hasta los estados indios de Gujarat y Haryana. Los utensilios y el aspecto de las ciudades, que se desarrollaron algo después que las de Egipto y Mesopotamia, presentan una gran uniformidad, por lo que los asentamientos en su conjunto reciben el nombre de civilización de Harappa o civilización del valle del Indo.
La civilización neolítica se desarrolló a partir del milenio III a.C., en torno a los 5 afluentes del río Indo que dan nombre al Punjab (Estado dividido entre India y Pakistán desde 1947). Mohenjodaro y Harappa, los dos núcleos principales de esta civilización, pertenecen a Pakistán. Los sitios principales en India son Ropar en el Punjab, Lothal en Gujarat y Kalibangan en Rajastán.
Todas las ciudades estaban bien planificadas y construidas con ladrillos cocidos del mismo tamaño. Las calles estaban trazadas en ángulo recto y contaban con un elaborado sistema de alcantarillado cubierto. La artesanía contemplaba el uso de varios metales como cobre, bronce, plomo y estaño; algunos remanentes de los hornos dan testimonio de ello.
Está certificado el uso de animales domesticados, que incluyen camellos, cabras, búfalos de agua y aves. Los harappenses cultivaban trigo, cebada, guisantes y sésamo, y fueron probablemente los primeros en cosechar algodón y en hacer telas de su fibra. El comercio se considera una de las principales actividades de la civilización del Valle del Indo, pues cada mercader poseía su propio sello y se han descubierto en gran cantidad.
Las figuras de deidades grabadas en algunos sellos indican que los harappenses adoraban a dioses y diosas de formas masculinas y femeninas, en honor de las cuales practicaban algunos rituales y ceremonias. No ha pervivido ninguna escultura monumental, pero se ha descubierto un gran número de estatuillas humanas, como el busto de un hombre hecho de esteatita, que representa a un sacerdote, y una sorprendente bailarina de bronce. Han aparecido innumerables estatuas de terracota de la diosa madre, indicativas de que su culto era una constumbre generalizada.
Tras la invasión de los pueblos indoeuropeos de la península de Indostán se desarrollaron en India los períodos védico (1500-600 a.C.) y brahmánico (600-300 a.C.), de los que quedan numerosos testimonios literarios, pero muy pocos restos arqueológicos, por lo que durante mucho tiempo se consideró que estos períodos pertenecían al ámbito de la leyenda y que la cultura india más antigua era la que había surgido a raíz de los contactos de la península con Occidente, como consecuencia de las invasiones de la región de Gandhara por persas y griegos.
A partir de 1500 a.c. una serie de nuevos clanes seminómadas, provenientes de las estepas de Irán y con una lengua indoeuropea, se asentaron en los fértiles valles del Punjab y del Indo, antes de extenderse hacia la planicie del Ganges.
Estos nuevos habitantes de India aportaron una serie de nuevas creencias, una cosmogonía y un ritual que fueron absorbidos por los aborígenes, llamados por los invasores "adoradores del falo" y "negritos". El elemento Indoeuropeo, caracterizado por una cultura ganadera y guerrera que adoraba divinidades fundamentalmente masculinas personificadoras de fuerzas de la naturaleza, su fundió con el sustrato preario en muchos aspectos, como la tradición agrícola y sedentaria, el culto a fuerzas femeninas y la creencia en la reencarnación, para dar lugar a lo que se conoce como cultura védica, origen y base de toda la civilización india.
13 octubre 2012
JOSEPH PILATES: ÉL Y SU MÉTODO
Pilates es un sistema de ejercicios físico-mental desarrollado por Joseph Hubertus Pilates creado a principios del siglo XX, quien lo ideó basándose en su conocimiento de distintas especialidades orientales y occidentales de acondicionamiento físico y salud.
La filosofía de Pilates se centra en el entrenamiento de la mente y del cuerpo para que trabajen juntos en pos de un objetivo de fitness total. Pese a haber nacido en una época de graves problemas políticos, y donde la información era escasa, Pilates comprendió los efectos de las presiones físicas y mentales de una agenda diaria ajetreada e intentó reeducarnos para desarrollar el cuerpo sin perder de vista la eficiencia que requería el desempeño de nuestros quehaceres cotidianos. Pilates estaba convencido de que este método incrementaría la productividad tanto mental como física del ser humano.
Pilates nació en la pequeña localidad de Mönchengladbach cerca de Düsseldorf en 1883. Su padre era de ascendencia griega y fue galardonado atleta en Alemania. Su madre era naturópata y de ascendencia alemana. Era un niño flaco y enfermizo, padeció asma, raquitismo y fiebre reumática que dio lugar a que sus articulaciones se limitaran en los movimientos. Se interesó desde pequeño en mejorar su salud y su aspecto físico. Pasó mucho tiempo estudiando el movimiento de los animales, filosofías orientales (zen, yoga...) y métodos de entrenamiento de antiguos griegos y romanos. Así llegó a conocer y practicar métodos de entrenamiento como la musculación con pesos, la lucha, yoga y taichi y ejercicios de respiración y meditación.
Fue tal su determinación que con 14 años comenzó a posar como modelo anatómico y durante cierto tiempo fue boxeador.
En 1912 se trasladó a Inglaterra y trabajó en el circo como gimnasta, y dando clases de defensa personal.
Estando en Lancaster y coincidiendo con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, fue internado en un campo de concentración.
Allí se dedicó a enseñar a los internos ciertos ejercicios en suelo y en unas máquinas rudimentarias que él mismo diseñó con restos de materiales. Estos internos mejoraron su salud y aspecto físico.
Se dice que gracias a estos ejercicios ninguno de los internos sucumbió a la gran pandemia de gripe de 1918.
Tras la guerra volvió a Alemania y ya era muy conocido por su sistema de ejercicios. Fue invitado para entrenar al nuevo ejército alemán, pero al no estar de acuerdo con la política alemana renunció al cargo marchándose a Nueva York (Estados Unidos).
Allí junto a Clara (su esposa) abrió un centro de Contrología, antiguo nombre de su método.
Al poco tiempo ya era muy conocido entre coreógrafos y bailarines, porque en el mismo lugar del edificio había escuelas de danza y locales de ensayo. Su método ayudaba a los bailares a mejorar su técnica y a recuperarse de sus frecuentes lesiones.
Pilates y Reformer |
Pilates escribió dos libros sobre su método. El segundo en 1945 cuando Pilates contaba con 65 años de edad, y donde todas las fotos fueron hechas al propio Pilates y, detallando la ejecución de 34 ejercicios básicos.
Creo máquinas multiusos de entrenamiento como el Reformer, el Cadillac, la Silla o el Barril.
Y utilizó gomas extensoras, muelles y aros flexibles para los diferentes ejercicios.
10 octubre 2012
ASHTANGA YOGA. UNA PRÁCTICA DEFINIDA II
Pattabhi Jois decía que el 99% del yoga es práctica, el resto es teoría, por lo que entonces podemos practicar 99 veces más tiempo que aplicamos a leer la teoría de un libro o artículos en internet.
Otra frase de su predilección es "practica que todo vendrá". Estas dos recomentaciones están orientadas tanto a practicantes de diferentes niveles como a instructores.Estos últimos deben recordar siempre que ante todo somos alumnos, para no transformarse en meros canales de información, "llevando agua pero sin beberla ellos mismos".
Con esta frase, Sri Pattabhi Jois desea hacer hincapié en que el yoga es práctica, no una teoría.
No aprenderemos su esencia solo a través de libros. Debemos experimentar para absorber su esencia y comprender de qué se trata.
La paciencia es fundamental. Hay posturas difíciles para nuestros cuerpos, que si no son practicadas con cuidado, respetando los tiempos que se necesitan para adecuarse, pueden derivar en lesiones.
Cuando nos apuramos practicando, pensando en otras cosas, fuera de nosotros, distraídos en ocupaciones de la mente, estamos intentando llegar a algo diferente de donde estamos.
Esta interesante observación puede ayudarnos a volver al presente.
Estamos sometidos a muchísimas influencias externas e internas. Nuestra práctica no es todos los días igual, nuestras condiciones físicas y psíquicas cambian constantemente.
Desde el clima, la humedad, la posición de los astros, la estación del año, la bebida, nuestros estados de ánimo, etc. Dormir mucho nos pone más rígidos, peo con más energía renovada, dormir poco nos da flexibilidad, pero nos sentimos más cansados.
Es inútil intentar repetir exactamente lo que hicimos ayer si la de ayer fue una hermosa práctica, o esperar avanzar siempre.
Estar receptivos a nuestros estados físicos y mentales es una gran herramienta, si podemos aceptarlos y trabajar con ellos. Esto, en sí, podría ser un gran avance.
Tradicionalmente en ashtanga se practican seis días de la semana, de domingo a viernes preferiblemente por la mañana, horario apropiado para la práctica de asanas, pranayama y meditación, descansando el sábado y 24 horas antes de luna llena y nueva. Se evita la luna llena porque se supone que incrementa la actividad y afecta directamente a nuestros fluidos corporales, y la luna nueva por reducir la actividad y porque las articulaciones se resecan y podemos lastimarnos.
Pero, sin duda alguna, es la actitud en la clase la que determina nuestro avance en la práctica.
Con respecto a poner énfasis en las formas en que practicamos y no en los contenidos, hay una historia muy interesante, se llama la historia del gato atado. Resulta que un gran Yogui tenía un gato y, como vivía en un lugar pequeño, el gato deambulaba entre sus discípulos mientras éste enseñaba. Al ver que los alumnos muchas veces se distraían con el gato, decidió atarlo para que no molestara. Con el tiempo, sus discípulos comenzaron también a enseñar, y a algunos de ellos se les ocurrió copiar la forma de su maestro, obviamente sin saber la razón, atando un gato mientras impartían enseñanza. Con los años, los discípulos de éstos enseñaron adoptando esta modalidad, hasta hacerse indispensable en su linaje enseñar con un gato atado...
Krishnamacharya mismo, uno de los más grandes maestros del Yoga, tuvo que adecuarse a muchísimos cambios en su vida, adaptándose flexiblemente a las circunstancias. Rumi, el notable Sufí, dijo: "Tomad el trigo, no la medida que lo contiene".
Debemos de adaptarnos a lo que tenemos en el momento.
Si es muy importante practicar más seguido, aunque por circunstancias se haga en menos tiempo.
Los practicantes mayores practican menos Vinyasas y mantienen las posturas durante más tiempo.
Cuide muchos sus rodillas, la cintura y el cuello, no los sobreexija.
En India, mucha gente se sienta en el suelo con las piernas cruzadas desde niños.
En Occidente utilizamos sillas, así nuestras caderas son más rígidas. Realizando la postura del loto al no rotar las caderas lo suficiente, las rodillas deben hacer un trabajo para el que no están diseñadas; entonces se resienten y lastiman con el tiempo con demasiada frecuencia.
El Yoga es una tradición viva, se alimenta, crece, cambia, especialmente en este momento.
El Yoga está más allá de una cierta cultura, el yoga es parte del ser humano.
Otra frase de su predilección es "practica que todo vendrá". Estas dos recomentaciones están orientadas tanto a practicantes de diferentes niveles como a instructores.Estos últimos deben recordar siempre que ante todo somos alumnos, para no transformarse en meros canales de información, "llevando agua pero sin beberla ellos mismos".
No aprenderemos su esencia solo a través de libros. Debemos experimentar para absorber su esencia y comprender de qué se trata.
La paciencia es fundamental. Hay posturas difíciles para nuestros cuerpos, que si no son practicadas con cuidado, respetando los tiempos que se necesitan para adecuarse, pueden derivar en lesiones.
Cuando nos apuramos practicando, pensando en otras cosas, fuera de nosotros, distraídos en ocupaciones de la mente, estamos intentando llegar a algo diferente de donde estamos.
Esta interesante observación puede ayudarnos a volver al presente.
Estamos sometidos a muchísimas influencias externas e internas. Nuestra práctica no es todos los días igual, nuestras condiciones físicas y psíquicas cambian constantemente.
Desde el clima, la humedad, la posición de los astros, la estación del año, la bebida, nuestros estados de ánimo, etc. Dormir mucho nos pone más rígidos, peo con más energía renovada, dormir poco nos da flexibilidad, pero nos sentimos más cansados.
Es inútil intentar repetir exactamente lo que hicimos ayer si la de ayer fue una hermosa práctica, o esperar avanzar siempre.
Estar receptivos a nuestros estados físicos y mentales es una gran herramienta, si podemos aceptarlos y trabajar con ellos. Esto, en sí, podría ser un gran avance.
Tradicionalmente en ashtanga se practican seis días de la semana, de domingo a viernes preferiblemente por la mañana, horario apropiado para la práctica de asanas, pranayama y meditación, descansando el sábado y 24 horas antes de luna llena y nueva. Se evita la luna llena porque se supone que incrementa la actividad y afecta directamente a nuestros fluidos corporales, y la luna nueva por reducir la actividad y porque las articulaciones se resecan y podemos lastimarnos.
Pero, sin duda alguna, es la actitud en la clase la que determina nuestro avance en la práctica.
Con respecto a poner énfasis en las formas en que practicamos y no en los contenidos, hay una historia muy interesante, se llama la historia del gato atado. Resulta que un gran Yogui tenía un gato y, como vivía en un lugar pequeño, el gato deambulaba entre sus discípulos mientras éste enseñaba. Al ver que los alumnos muchas veces se distraían con el gato, decidió atarlo para que no molestara. Con el tiempo, sus discípulos comenzaron también a enseñar, y a algunos de ellos se les ocurrió copiar la forma de su maestro, obviamente sin saber la razón, atando un gato mientras impartían enseñanza. Con los años, los discípulos de éstos enseñaron adoptando esta modalidad, hasta hacerse indispensable en su linaje enseñar con un gato atado...
Krishnamacharya mismo, uno de los más grandes maestros del Yoga, tuvo que adecuarse a muchísimos cambios en su vida, adaptándose flexiblemente a las circunstancias. Rumi, el notable Sufí, dijo: "Tomad el trigo, no la medida que lo contiene".
Debemos de adaptarnos a lo que tenemos en el momento.
Si es muy importante practicar más seguido, aunque por circunstancias se haga en menos tiempo.
Los practicantes mayores practican menos Vinyasas y mantienen las posturas durante más tiempo.
Cuide muchos sus rodillas, la cintura y el cuello, no los sobreexija.
En India, mucha gente se sienta en el suelo con las piernas cruzadas desde niños.
En Occidente utilizamos sillas, así nuestras caderas son más rígidas. Realizando la postura del loto al no rotar las caderas lo suficiente, las rodillas deben hacer un trabajo para el que no están diseñadas; entonces se resienten y lastiman con el tiempo con demasiada frecuencia.
El Yoga es una tradición viva, se alimenta, crece, cambia, especialmente en este momento.
El Yoga está más allá de una cierta cultura, el yoga es parte del ser humano.
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