Un guerrero de la luz respeta la principal enseñanza del I Ching: "La perseverancia es favorable". Él sabe que la perseverancia no tiene nada que ver con la insistencia. Existen épocas en las que los combates se prolongan más allá de lo necesario, agotando sus fuerzas y debilitando su entusiasmo. En estos momentos, el
guerrero reflexiona: "Una guerra prolongada termina también destruyendo la victoria". Entonces retira sus fuerzas del campo de batalla y se concede una tregua. Persevera en su voluntad, pero sabe esperar el mejor momento para un nuevo ataque.
Un guerrero siempre retorna a la lucha. Pero nunca lo hace por obstinación, sino porque nota el cambio en el tiempo.
Un guerrero de la luz siempre hace algo fuera de lo común.
Puede bailar en la calle mientras se dirige al trabajo, mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista, defender una idea que puede parecer ridícula. Los guerreros de la luz se permiten tales días. No tiene miedo de llorar antiguas penas, ni de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente que llegó el momento, lo abandona todo y parte hacia su aventura tan soñada. Cuando entiende que está en el límite de su resistencia, sale del combate, sin culparse por haber hecho alguna locura inesperada.
Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.
Dice un poeta: "El guerrero de la luz escoge a sus enemigos"
Él sabe de lo que es capaz; no necesita andar por el mundo contando sus cualidades y virtudes. Sin embargo, a cada momento aparece alguien queriendo probar que es mejor que él.
Para el guerrero, no existe "mejor" o "peor"; cada uno tiene los dones necesarios para su camino individual. Pero ciertas personas insisten. Provocan, ofenden, hacen todo lo posible para irritarlo. En este momento, su corazón dice: "No aceptes las ofensas, ellas no aumentarán tu habilidad. Te cansarás inútilmente".
Un guerrero de la luz no pierde su tiempo escuchando provocaciones; él tiene un destino que debe ser cumplido.
De aquí en adelante - y por algunos centenares de años - el Universo ayudará a los guerreros de la luz a boicotear a los prejuiciosos.
La energía de la Tierra necesita ser renovada. Las ideas nuevas necesitan espacio.
El cuerpo y el alma necesitan nuevos desafíos.
El futuro se transformó en presente, y todos los sueños - excepto los que contienen prejuicios - tendrán oportunidad de manifestarse.
Lo que haya sido importante, permanecerá; lo inútil, desaparecerá. El guerrero, sin embargo, no está encargado de juzgar los sueños del prójimo y no pierde tiempo criticando las decisiones ajenas. Para tener fe en su propio camino, no necesita probar que el camino del otro está equivocado.
Un guerrero de la luz estudia con mucho cuidado la posición que pretende conquistar.
Por más difícil que sea su objetivo, siempre existe una manera de superar los obstáculos. Él verifica los caminos alternativos, afila su espada, procura llenar su corazón con la perseverancia necesaria para enfrentarse al desafío.
Pero a medida que avanza, el guerrero se da cuenta de que existen dificultades con las cuales no contaba. Si permanece esperando el momento ideal, nunca saldrá del lugar, es preciso un poco de locura para dar el próximo paso.
El guerrero usa un poco de locura. Porque en la guerra y en el amor, no es posible preverlo todo.
Manual del Guerrero de la luz (Paulo Coelho)
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