10 marzo 2013

TORSIONES. PROFILAXIS Y DESCONGESTIÓN

La práctica de asanas con torsión de cintura es básico y fundamental en cualquier clase de yoga que consideremos completa a nivel de salud.

Las torsiones implican el estiramiento de los músculos que unen las vértebras, es decir, los multífidos y los rotadores o musculatura paravertebral. 
También favorecen la hidratación y oxigenación de los discos intervertebrales mejorando la elasticidad de la columna.
Pero el beneficio más importante que nos aporta las torsiones se refiere a la catarsis de los órganos internos. Las posturas de torsión crean un efecto de "escurrido" en los órganos abdominales. Esto ayuda a "escurrir" el hígado y otros órganos, dirigiendo la sangre y el fluido linfático a las venas más grandes del sistema cardiovascular y eliminando toxinas.
Cuando volvemos a la posición normal los órganos de nuevo se cargan de sangre limpia y nueva, aportándoles salud y vitalidad.



Las posturas de torsión activan los músculos del tronco, estimulando la conducción sensitiva nerviosa desde la piel, las capas miofasciales y los mismos músculos. Esto ilumina los chakras y lleva sus energías sutiles hacia arriba, a través del sushumna nadi (canal central espinal).
Los músculos abdominales son el núcleo principal del movimiento en las posturas de torsión.
Los textos tradicionales dicen que los asanas de torsión aumentan el apetito, destruyen la mayoría de las enfermedades mortales y despiertan la energía kundalini.

Marichyasana D


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