Nadie sabe con
exactitud el momento del nacimiento del Yoga, ni cual fue el motivo de su
creación, intencionado o casual.
Se establece una
fecha de 5000 a 7000 años antes de Cristo, aunque algunos autores hablan de que
el Yoga nació en el mismo instante en el que el hombre tomó consciencia propia
de su lugar en el planeta. Quizá fue causa de una evolución natural, divina o
herencia de una inteligencia anterior. Lo cierto es que ahí está y estamos
siendo testigos de su herencia y su evolución.
Quizá la primera
pregunta que podríamos hacernos es ¿Por qué nació?, o ¿cuál es el motivo de su
práctica?
Tendríamos que
remontarnos a un personaje que fue decisivo en la historia para entender el
Yoga, Patanjali.
En una época
donde sólo unos pocos ascetas (sadhus) practicaban el antiguo arte del Yoga
quizá aislados en tierras apartadas del bullicio y la civilización, el yoga
estaba perdiendo toda su fuerza de tiempos anteriores. Sus enseñanzas sólo eran
pasadas de gurú a alumno y mantenidas en estricto anonimato para el resto de
los mortales.
Patanjali, cuya
vivencia fecha sobre el 300 años a.C. fue un gran pensador hindú, gran
apasionado por las culturas pasadas y por todas sus enseñanzas.
Así Patanjali
dedicó parte de su vida al estudio del Yoga, quizá llevado en un principio de
la mano de su abuelo que practicaba Yoga.
Pudo recopilar
gran parte del conocimiento y prácticas antiguas del Yoga, y se podría decir
que es el padre y fundador del Yoga que conocemos hoy.
Yoga es una
palabra que significa unión. Los antiguos sadhus, eran grandes hombres
espirituales, cuyas inquietudes eran las mismas que hoy día tenemos.
Se hacían
preguntas tales como, ¿qué sentido tiene la vida?, ¿qué vengo yo a hacer aquí?,
¿qué ocurre después de la muerte?, ¿cómo es el Universo?, ¿qué he de hacer para
tener paz conmigo y con lo demás?, ¿cómo puedo mantenerme saludable?... y otras
tantas a nivel físico, metafísico o espiritual.
El Yoga nace
como un compendio de medidas, normas y prácticas que buscan el mejoramiento
integral del individuo.
Así se compone
de 8 piezas o peldaños (ashtanga), cuya práctica habitual enseña el camino de la pureza e
integridad a la persona que lo practica.
Una gran parte
de la enseñanza se basa meramente en principios morales y/o espirituales, y para llegar
a ellos has de cambiar tu manera de pensar recordando frecuentemente esos
principios. La meditación forma parte de ese trabajo, buscando a través de ella
la calma y la paz mental en todo momento. Y en último extremo la unión con aquella fuerza superior, ente o Dios que nos dirige y que no alcanzamos comprender.
Otra parte
importantísima del Yoga se refiere a la respiración.
Partimos de la idea de que
todo es energía (Prana), así que el aire es la energía más importante por
excelencia para vivir. El aire está cargado de esa energía y el uso de
ejercicios respiratorios mantenía a los yoguis jóvenes y alertas en todo
momento.
La parte más
conocida visualmente de lo que es el Yoga se refiere a las posturas
físicas y/o movimientos dinámicos.
Si bien estas
posturas (asanas) ejercen un papel importante a nivel de centros energéticos
internos (chakras) y emocionalmente, sin duda su papel va más encaminado como
sistema de ejercicio físico para fortalecer el cuerpo (músculos, tendones,
ligamentos y huesos), mejorar el estado de la circulación y facilitar el vaciado de
impurezas a través de los sistemas linfático, glandular y excretor.
Así podemos
decir que un trabajo intenso físico mejorará considerablemente tu salud física
y tu respiración, pero no asegurará de ningún modo que sólo con esa práctica
mejore tu carácter o el trato contigo mismo o con los demás.
Se puede ser un
gran artista con tu cuerpo haciendo sofisticadas posturas y ser también un
incompetente, un envidioso, un vanidoso o un avaricioso, haciendo a los demás
una vida infeliz o a él mismo.
Con esto
concluyo que para practicar Yoga tengas en cuenta las 8 piezas de las que se
compone y tomes ese camino, tal y como describió Patanjali en sus Yoga sutras.
Haz tu práctica con consciencia de tu respiración, de tu postura, de tu ser.
El yoga ha de ser llevado cada día durante 24 horas con amor y respeto hacia ti y hacia el mundo.
Quererse a sí
mismo, respetar a los demás seres, amar la vida, aprender cada día,
disciplinarte, disfrutar de lo esencial son puntos básicos para iniciarte en el
verdadero camino del Yoga.
Texto de José Gelices
No hay comentarios:
Publicar un comentario