18 enero 2016

SHARATH JOIS. EL GURU DEL ASHTANGA YOGA

Un vistazo al Corazón Espiritual de R.Sharath Jois.

Kino McGregor, una profesora estadounidense de Ashtanga Yoga con amplia presencia en los medios y redes sociales, ha escrito un artículo sumamente interesante en la edición de enero de la revista Yoga Digest acerca de Sharath Jois, nieto de Krishna Pattabhi Jois y actual Director del Instituto de Ashtanga Yoga en Mysore.
Kino McGregor ha sido estudiante de Ashtanga Yoga durante muchos años y ha tenido ocasión de conocer en persona y muy de cerca tanto a Pattabhi como a Sharath Jois. A menudo se la critica porque parezca estar más pendiente del merchandising y de publicar su enésima foto, vídeo o artículo que del discreto viaje interno que suele esperarse de un profesor de yoga pero, en esta ocasión, la comunidad internacional de Ashtanga Yoga no puede sino estarle agradecida por este fantástico retrato de Sharath Jois con que nos ha regalado. Me he tomado la molestia de traducirlo y difundirlo a través de este blog, lo cual espero le parezca bien a Kino y le ayude a que sus palabras lleguen al mayor número de gente posible. Pongo aquí el enlace al artículo original en inglés en la página web de Kino McGregor.

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Artículo original de Kino McGregor en la revista Yoga Digest.
En sus ojos hay ferocidad y compasión a partes iguales. Practicar bajo su tutela es caminar sobre la delgada línea que separa el terreno de la severidad y de la jocosidad. Sharath Jois es el capitán del buque espiritual de Ashtanga Yoga.

Sharath dedica su vida a su familia, a sus estudiantes y, por supuesto, a su propia práctica. Se levanta a las 00:45 de la medianoche para completar su práctica personal antes de enseñar desde las 04:00 de la madrugada hasta las 12:30 del mediodía. Si le preguntas cuándo duerme, bromea y dice: "dormiré cuando esté muerto."
Siempre está lleno de energía para sus estudiantes, preparado para una carcajada y una sonrisa bonachona. A menudo bromea diciendo que es como "un drácula" que se despierta en medio de la noche para avivar el fuego sagrado de Ashtanga Yoga. Pero no trates de amotinarte en la clase, o ten por seguro que te encontrarás con su rugido de tigre. Sharath habla sobre la enseñanza: "dos cosas son muy importantes: enseña con alegría y sé estricto, dado que tu estudiante ha de aprender de la manera adecuada: el Yoga no es propiedad de un solo hombre. Pertenece a todo el mundo, pero todo el mundo debería practicarlo de la forma correcta."

Sharath ha dedicado su vida a enseñar la metodología correcta de Ashtanga Yoga; enfatiza la disciplina como un componente clave del camino espiritual. "Si quieres profundizar en esta práctica e intentar darte cuenta de qué es, entonces tienes que someterte a cierta disciplina. No es algo que llegue a la fuerza; nadie puede obligarte, tiene que salir de dentro de ti. No puedes practicar asanas durante veinticuatro horas al día. La disciplina lo es todo, tu comida, tu sueño, tu interacción con los demás; todo."

Nacido en el seno de una familia yogui, empezó a practicar en torno a los seis años de edad. Al principio "mi madre solía obligarme a ir" pero "entonces continué día a día, mes a mes, año a año. Me puse realmente serio sobre esta práctica, así es cómo vino a mí." A lo largo de su vida pasó más de veinte años como estudiante de su abuelo, Sri Krishna Pattabhi Jois. Durante esos años, Sharath se convirtió en el practicante de Ashtanga Yoga más avanzado del mundo y la única persona que asistió y aprendió directamente de su abuelo durante un periodo de tiempo tan prolongado.
El Krishna Pattabhi Jois Ashtanga Yoga Institute -KPJAYI- de Mysore, bajo la Dirección de Sharath, acoge a casi 400 nuevos estudiantes cada mes. El registro de la página web del Instituto se llena a los pocos minutos de abrirse el plazo de inscripción. Es fácil olvidarse de que Sharath es una persona real y no un yogui que vive una vida remota. Como cualquier padre, sus ojos se iluminan de puro amor y alegría cuando ve a sus hijos. Su comida occidental favorita es la pizza repleta de vegetales. Para irse de vacaciones dice que le "encanta la naturaleza y me gusta ir al bosque y a las montañas." También es un ávido fotógrafo y ve en el mundo natural un refugio meditativo del aspecto material de la vida.
Los estudiantes a veces pueden obsesionarse con el objetivo de obtener cierta asana. Aunque el Ashtanga Yoga pueda parecer progresivo, Sharath no está de acuerdo con ello. "La mentalidad de muchos estudiantes es que si aprendes más asanas, eso quiere decir que eres un gran yogui. A medida que aprendes más yoga este tipo de pensamientos deberían desaparecer. Tienes que permitir que el cuerpo cambie. Todos tenemos cuerpos diferentes, todos tenemos diferentes tipos de flexibilidad y la fuerza no es la misma para todos." La práctica de asanas no es como una competición, sino que ha de servir como una purificación física y emocional. Sharath continúa: "Es como eliminar todos los venenos y toxinas del interior de tu cuerpo. Algunas emociones también son toxinas. Han de salir todas fuera."
Aunque el método de Ashtanga Yoga se componga de seis series de asanas, ordenadas en un nivel de dificultad creciente, las posturas en realidad son un vehículo para una reflexión más profunda del viaje interno. Sharath pone énfasis en incorporar los códigos de conducta morales y éticos conocidos como los Yamas y los Niyamas. Los Yamas y Niyamas describen principios que incluyen la no violencia, la veracidad, la purificación interna, la auto-investigación espiritual y el desapego como parte de lo que significa vivir de acuerdo con los principios yóguicos. Además, anima a los estudiantes para que tengan sed de conocimiento espiritual, como un Shadaka. Un Shadaka es un verdadero buscador espiritual sumergido en un viaje para el conocimiento profundo y elevado del Yo interior. Centrarse exclusivamente en el asana es una desviación de la verdadera experiencia de yoga. Sharath dice que es como "un pequeño sapo que vive dentro de un pozo y que no sabe nada del mundo exterior. Está atrapado dentro de ese pozo y no sabe nada de lo que hay fuera." Anima a sus estudiantes a que busquen el viaje espiritual de Ashtanga Yoga más allá del asana. "Yoga es la ciencia de dominar la mente."
Por lo tanto, para Sharath la esencia del yoga es el viaje espiritual. "El yoga no es otra cosa que conocimiento espiritual. Cómo purificarte a ti mismo, cómo purificar tu cuerpo y tu mente. Una vez que se han purificado, el cuerpo y la mente te llevarán al conocimiento supremo. Yoga no consiste simplemente en doblar el cuerpo. Yoga es obtener un estado elevado de conciencia." Esto es algo que no puede ser explicado en un libro o aprendido al ver un vídeo. En su lugar, el verdadero conocimiento del yoga sólo puede ser confirmado a través de la experiencia directa. Cada estudiante se convierte en un estudiante directo del linaje al estudiar bajo la tutela de Sharath, dando continuidad a la tradición Gurú Parampara de la transmisión de conocimientos. "La comprensión del yoga llegará a través de un Parampara sólo cuando tú hayas pasado mucho tiempo con tu profesor, con tu Gurú. El profesor y el Gurú son dos cosas distintas. El profesor es únicamente el que te enseña a hacer algo, mientras que el Gurú es el que te lleva a la luz. Gurú significa 'el que quita la oscuridad' o el que elimina todos los obstáculos de tu interior y te lleva hacia la luz denominada Mana, el conocimiento."
Entre muchos estudiantes de Mysore Sharath es conocido simplemente como el "Boss", el "Jefe". Con amor y reverencia, él es el Guruji de la nueva generación de ashtanguis que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar con su abuelo. Cuando se le pregunta acerca de ser un Gurú, él responde con humildad: "Quiero que todo el mundo sepa cuál es el correcto yoga y, dado que en el yoga hay muchos malentendidos, muchas malas interpretaciones, mi objetivo es corregirlos. No puedo corregir a todo el mundo, así que en todo lo que pueda, intentaré proporcionar conocimiento correcto a mis estudiantes y a quienquiera que venga a aprender conmigo. Así que con suerte creo que mucha gente vendrá a saber e intentar entender lo que es el verdadero yoga."


 "El ashtanga yoga según el "Boss" (jefe): Un vistazo al Corazón Espiritual de R.Sharath Jois". Artículo en inglés de Kino MacGregor con traducción de Fernando Gorostiza.

17 enero 2016

AFRONTAR LA ANSIEDAD





Se ha calculado que, durante el transcurso de una vida, al menos uno de cada cuatro estadounidenses padecerán un grado de ansie­dad o preocupación lo bastante grave como para confirmar los diag­nósticos sobre trastornos de este tipo. Pero incluso aquellos que no sufran nunca un estado patológico o incapacitador de ansiedad, ex­perimentarán en uno u otro momento niveles excesivos de preocu­pación que no sirven a ningún propósito útil y que no hacen sino resquebrajar su felicidad e interferir en su capacidad para alcanzar objetivos.

Al analizar los antídotos contra la ansiedad, el Dalai Lama ofrece dos remedios, cada uno de los cuales funciona en un plano diferente. El primero implica combatir activamente la preocupación y dar sis­temáticamente la vuelta a las cosas mediante la aplicación de un pen­samiento dicotómico: recordar que si el problema tiene una solución no hay necesidad de preocuparse y si no la tiene, tampoco.

El segundo antídoto es un remedio de más amplio espectro. Supo­ne la transformación de la propia motivación fundamental. Existe un contraste interesante entre el enfoque del Dalai Lama sobre la moti­vación humana y el de la ciencia y la psicología occidentales. Según hemos visto previamente, los estudiosos de la motivación han investi­gado los motivos normales, examinando las necesidades e impulsos, tanto instintivos como aprendidos. En este nivel, sin embargo, el Da­lai Lama ha centrado su atención en desarrollar y utilizar los impulsos aprendidos para intensificar el propio «entusiasmo y determinación». En algunos aspectos, esto es similar al punto de vista de muchos ex­pertos occidentales; la diferencia estriba en que el Dalai Lama trata de crear determinación y entusiasmo para que la persona adopte com­portamientos sanos y elimine los rasgos negativos, en lugar de resal­tar el éxito mundano, lograr dinero o poder. Pero quizá la diferencia más notable sea que mientras que los «especialistas en motivación» se ocupan de promover las motivaciones ya existentes para alcanzar el éxito mundano, el principal interés del Dalai Lama por la motiva­ción humana radica en reconfigurarla y cambiarla, de modo que se base en la compasión y la amabilidad.

En el sistema del Dalai Lama para entrenar la mente y alcanzar la felicidad, cuanto más cerca esté uno de sentirse motivado por el al­truismo, tanto menor será el temor que experimentará ante circuns­tancias que provoquen incluso una ansiedad extrema. Pero ese mismo principio puede aplicarse también a cosas más pequeñas, incluso cuando la propia motivación no es del todo altruista. Retroceder un paso para asegurarse de que uno no tiene intención de causar daño y de que la propia motivación es sincera, contribuye a reducir la ansie­dad en situaciones corrientes.

No mucho después de la conversación anterior con el Dalai Lama, almorcé con un grupo de personas entre las que había un joven a quien no conocía, estudiante de una universidad local. Durante el almuerzo, alguien preguntó cómo iba mi serie de entrevistas con el Dalai Lama. Después de escuchar con atención mi descripción de la idea de la «motivación sincera como antídoto frente a la ansiedad», el estudiante de­claró que siempre se había sentido tímido y muy nervioso en las re­laciones sociales. Al pensar en cómo podía aplicar esta técnica para superar su ansiedad, el estudiante murmuró:

-Bueno, todo eso es muy interesante, pero me imagino que la parte difícil es la de tener esa elevada motivación de compasión y amabilidad.

-Supongo que eso es cierto -tuve que admitir.

La conversación se desvió hacia otros temas y terminamos de al­morzar. A la semana siguiente me encontré por casualidad con el mis­mo estudiante universitario, en el mismo restaurante. Se me acercó alegremente y me dijo:

-¿Recuerda que el otro día hablamos sobre motivación y ansie­dad? Pues bien, lo probé y realmente funciona. Conozco a una joven que trabaja en unos grandes almacenes, a la que he visto muchas veces. Siempre he querido invitarla a salir, pero la chica agravaba mi timi­dez, así que no me atrevía a hablar con ella. El otro día fui a los gran­des almacenes, pero esta vez empecé a pensar en mi motivación para pedirle que saliera conmigo. El motivo, claro está, era que quería sa­lir con ella. Pero detrás estaba el deseo de encontrar a alguien a quien amar y que me amara. Al pensar en ello, me di cuenta de que no ha­bía nada de malo en ello, de que mi motivación era sincera; no desea­ba causarle ningún daño, ni a ella ni a mí mismo, sino sólo que nos su­cedieran cosas buenas. El simple hecho de tener eso en cuenta y de re­cordármelo unas cuantas veces pareció ayudarme; me proporcionó el valor para entablar una conversación con ella. El corazón me latía con fuerza, pero yo me sentía estupendamente al ver que por fin ha­bía encontrado valor para hablar con ella.

-Me alegro mucho de saberlo -le dije-. ¿Y qué ocurrió? -Bueno, resulta que ya tiene novio formal. Me sentí un tanto de­silusionado, pero está bien. Me sentí estupendamente por el simple hecho de haber podido superar mi timidez. Eso me permitió compren­der que si me aseguro de que no hay nada malo en mi motivación y lo recuerdo, eso me puede ayudar la próxima vez que me encuentre en la misma situación.

                                                                                                          DALAI LAMA   El arte de la felicidad