Un vistazo al Corazón Espiritual de R.Sharath Jois.
Kino McGregor, una profesora estadounidense de Ashtanga Yoga con
amplia presencia en los medios y redes sociales, ha escrito un artículo
sumamente interesante en la edición de enero de la revista Yoga Digest
acerca de Sharath Jois, nieto de Krishna Pattabhi Jois y actual Director
del Instituto de Ashtanga Yoga en Mysore.
Kino McGregor ha sido
estudiante de Ashtanga Yoga durante muchos años y ha tenido ocasión de
conocer en persona y muy de cerca tanto a Pattabhi como a Sharath Jois.
A menudo se la critica porque parezca estar más pendiente del
merchandising y de publicar su enésima foto, vídeo o artículo que del
discreto viaje interno que suele esperarse de un profesor de yoga pero,
en esta ocasión, la comunidad internacional de Ashtanga Yoga no puede
sino estarle agradecida por este fantástico retrato de Sharath Jois con
que nos ha regalado. Me he tomado la molestia de traducirlo y
difundirlo a través de este blog, lo cual espero le parezca bien a Kino y
le ayude a que sus palabras lleguen al mayor número de gente posible.
Pongo aquí el enlace al artículo original en inglés en la página web de
Kino McGregor.
* * * *
Artículo original de Kino McGregor en la revista Yoga Digest.
En sus ojos hay ferocidad y compasión a partes iguales. Practicar bajo
su tutela es caminar sobre la delgada línea que separa el terreno de la
severidad y de la jocosidad. Sharath Jois es el capitán del buque
espiritual de Ashtanga Yoga.
Sharath dedica su vida a su familia,
a sus estudiantes y, por supuesto, a su propia práctica. Se levanta a
las 00:45 de la medianoche para completar su práctica personal antes de
enseñar desde las 04:00 de la madrugada hasta las 12:30 del mediodía.
Si le preguntas cuándo duerme, bromea y dice: "dormiré cuando esté
muerto."
Siempre está lleno de energía para sus estudiantes,
preparado para una carcajada y una sonrisa bonachona. A menudo bromea
diciendo que es como "un drácula" que se despierta en medio de la noche
para avivar el fuego sagrado de Ashtanga Yoga. Pero no trates de
amotinarte en la clase, o ten por seguro que te encontrarás con su
rugido de tigre. Sharath habla sobre la enseñanza: "dos cosas son muy
importantes: enseña con alegría y sé estricto, dado que tu estudiante ha
de aprender de la manera adecuada: el Yoga no es propiedad de un solo
hombre. Pertenece a todo el mundo, pero todo el mundo debería
practicarlo de la forma correcta."
Sharath ha dedicado su vida a
enseñar la metodología correcta de Ashtanga Yoga; enfatiza la disciplina
como un componente clave del camino espiritual. "Si quieres
profundizar en esta práctica e intentar darte cuenta de qué es, entonces
tienes que someterte a cierta disciplina. No es algo que llegue a la
fuerza; nadie puede obligarte, tiene que salir de dentro de ti. No
puedes practicar asanas durante veinticuatro horas al día. La
disciplina lo es todo, tu comida, tu sueño, tu interacción con los
demás; todo."
Nacido en el seno de una familia yogui, empezó a
practicar en torno a los seis años de edad. Al principio "mi madre
solía obligarme a ir" pero "entonces continué día a día, mes a mes, año a
año. Me puse realmente serio sobre esta práctica, así es cómo vino a
mí." A lo largo de su vida pasó más de veinte años como estudiante de
su abuelo, Sri Krishna Pattabhi Jois. Durante esos años, Sharath se
convirtió en el practicante de Ashtanga Yoga más avanzado del mundo y la
única persona que asistió y aprendió directamente de su abuelo durante
un periodo de tiempo tan prolongado.
El Krishna Pattabhi Jois
Ashtanga Yoga Institute -KPJAYI- de Mysore, bajo la Dirección de
Sharath, acoge a casi 400 nuevos estudiantes cada mes. El registro de
la página web del Instituto se llena a los pocos minutos de abrirse el
plazo de inscripción. Es fácil olvidarse de que Sharath es una persona
real y no un yogui que vive una vida remota. Como cualquier padre, sus
ojos se iluminan de puro amor y alegría cuando ve a sus hijos. Su
comida occidental favorita es la pizza repleta de vegetales. Para irse
de vacaciones dice que le "encanta la naturaleza y me gusta ir al bosque
y a las montañas." También es un ávido fotógrafo y ve en el mundo
natural un refugio meditativo del aspecto material de la vida.
Los estudiantes a veces pueden obsesionarse con el objetivo de obtener
cierta asana. Aunque el Ashtanga Yoga pueda parecer progresivo, Sharath
no está de acuerdo con ello. "La mentalidad de muchos estudiantes es
que si aprendes más asanas, eso quiere decir que eres un gran yogui. A
medida que aprendes más yoga este tipo de pensamientos deberían
desaparecer. Tienes que permitir que el cuerpo cambie. Todos tenemos
cuerpos diferentes, todos tenemos diferentes tipos de flexibilidad y la
fuerza no es la misma para todos." La práctica de asanas no es como una
competición, sino que ha de servir como una purificación física y
emocional. Sharath continúa: "Es como eliminar todos los venenos y
toxinas del interior de tu cuerpo. Algunas emociones también son
toxinas. Han de salir todas fuera."
Aunque el método de Ashtanga
Yoga se componga de seis series de asanas, ordenadas en un nivel de
dificultad creciente, las posturas en realidad son un vehículo para una
reflexión más profunda del viaje interno. Sharath pone énfasis en
incorporar los códigos de conducta morales y éticos conocidos como los
Yamas y los Niyamas. Los Yamas y Niyamas describen principios que
incluyen la no violencia, la veracidad, la purificación interna, la
auto-investigación espiritual y el desapego como parte de lo que
significa vivir de acuerdo con los principios yóguicos. Además, anima a
los estudiantes para que tengan sed de conocimiento espiritual, como un
Shadaka. Un Shadaka es un verdadero buscador espiritual sumergido en
un viaje para el conocimiento profundo y elevado del Yo interior.
Centrarse exclusivamente en el asana es una desviación de la verdadera
experiencia de yoga. Sharath dice que es como "un pequeño sapo que vive
dentro de un pozo y que no sabe nada del mundo exterior. Está atrapado
dentro de ese pozo y no sabe nada de lo que hay fuera." Anima a sus
estudiantes a que busquen el viaje espiritual de Ashtanga Yoga más allá
del asana. "Yoga es la ciencia de dominar la mente."
Por lo
tanto, para Sharath la esencia del yoga es el viaje espiritual. "El
yoga no es otra cosa que conocimiento espiritual. Cómo purificarte a ti
mismo, cómo purificar tu cuerpo y tu mente. Una vez que se han
purificado, el cuerpo y la mente te llevarán al conocimiento supremo.
Yoga no consiste simplemente en doblar el cuerpo. Yoga es obtener un
estado elevado de conciencia." Esto es algo que no puede ser explicado
en un libro o aprendido al ver un vídeo. En su lugar, el verdadero
conocimiento del yoga sólo puede ser confirmado a través de la
experiencia directa. Cada estudiante se convierte en un estudiante
directo del linaje al estudiar bajo la tutela de Sharath, dando
continuidad a la tradición Gurú Parampara de la transmisión de
conocimientos. "La comprensión del yoga llegará a través de un
Parampara sólo cuando tú hayas pasado mucho tiempo con tu profesor, con
tu Gurú. El profesor y el Gurú son dos cosas distintas. El profesor es
únicamente el que te enseña a hacer algo, mientras que el Gurú es el
que te lleva a la luz. Gurú significa 'el que quita la oscuridad' o el
que elimina todos los obstáculos de tu interior y te lleva hacia la luz
denominada Mana, el conocimiento."
Entre muchos estudiantes de
Mysore Sharath es conocido simplemente como el "Boss", el "Jefe". Con
amor y reverencia, él es el Guruji de la nueva generación de ashtanguis
que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar con su abuelo. Cuando se
le pregunta acerca de ser un Gurú, él responde con humildad: "Quiero que
todo el mundo sepa cuál es el correcto yoga y, dado que en el yoga hay
muchos malentendidos, muchas malas interpretaciones, mi objetivo es
corregirlos. No puedo corregir a todo el mundo, así que en todo lo que
pueda, intentaré proporcionar conocimiento correcto a mis estudiantes y a
quienquiera que venga a aprender conmigo. Así que con suerte creo que
mucha gente vendrá a saber e intentar entender lo que es el verdadero
yoga."
"El ashtanga yoga según el "Boss" (jefe): Un vistazo al Corazón
Espiritual de R.Sharath Jois". Artículo en inglés de Kino MacGregor con
traducción de Fernando Gorostiza.
18 enero 2016
17 enero 2016
AFRONTAR LA ANSIEDAD
Se ha calculado que, durante el transcurso de una vida, al menos uno de cada
cuatro estadounidenses padecerán un grado de ansiedad o preocupación lo
bastante grave como para confirmar los diagnósticos sobre trastornos de este
tipo. Pero incluso aquellos que no sufran nunca un estado patológico o
incapacitador de ansiedad, experimentarán en uno u otro momento niveles
excesivos de preocupación que no sirven a ningún propósito útil y que no hacen
sino resquebrajar su felicidad e interferir en su capacidad para alcanzar
objetivos.
Al
analizar los antídotos contra la ansiedad, el Dalai Lama ofrece dos remedios,
cada uno de los cuales funciona en un plano diferente. El primero implica
combatir activamente la preocupación y dar sistemáticamente la vuelta a las
cosas mediante la aplicación de un pensamiento dicotómico: recordar que si el
problema tiene una solución no hay necesidad de preocuparse y si no la tiene,
tampoco.
El
segundo antídoto es un remedio de más amplio espectro. Supone la
transformación de la propia motivación fundamental. Existe un contraste
interesante entre el enfoque del Dalai Lama sobre la motivación humana y el de
la ciencia y la psicología occidentales. Según hemos visto previamente, los
estudiosos de la motivación han investigado los motivos normales, examinando
las necesidades e impulsos, tanto instintivos como aprendidos. En este nivel,
sin embargo, el Dalai Lama ha centrado su atención en desarrollar y utilizar
los impulsos aprendidos para intensificar el propio «entusiasmo y
determinación». En algunos aspectos, esto es similar al punto de vista de
muchos expertos occidentales; la diferencia estriba en que el Dalai Lama trata
de crear determinación y entusiasmo para que la persona adopte comportamientos
sanos y elimine los rasgos negativos, en lugar de resaltar el éxito mundano,
lograr dinero o poder. Pero quizá la diferencia más notable sea que mientras
que los «especialistas en motivación» se ocupan de promover las motivaciones ya
existentes para alcanzar el éxito mundano, el principal interés del Dalai Lama
por la motivación humana radica en reconfigurarla y cambiarla, de modo que se
base en la compasión y la amabilidad.
En
el sistema del Dalai Lama para entrenar la mente y alcanzar la felicidad,
cuanto más cerca esté uno de sentirse motivado por el altruismo, tanto menor
será el temor que experimentará ante circunstancias que provoquen incluso una
ansiedad extrema. Pero ese mismo principio puede aplicarse también a cosas más
pequeñas, incluso cuando la propia motivación no es del todo altruista.
Retroceder un paso para asegurarse de que uno no tiene intención de causar daño
y de que la propia motivación es sincera, contribuye a reducir la ansiedad en
situaciones corrientes.
No
mucho después de la conversación anterior con el Dalai Lama, almorcé con un
grupo de personas entre las que había un joven a quien no conocía, estudiante
de una universidad local. Durante el almuerzo, alguien preguntó cómo iba mi
serie de entrevistas con el Dalai Lama. Después de escuchar con atención mi
descripción de la idea de la «motivación sincera como antídoto frente a la
ansiedad», el estudiante declaró que siempre se había sentido tímido y muy
nervioso en las relaciones sociales. Al pensar en cómo podía aplicar esta
técnica para superar su ansiedad, el estudiante murmuró:
-Bueno,
todo eso es muy interesante, pero me imagino que la parte difícil es la de
tener esa elevada motivación de compasión y amabilidad.
-Supongo
que eso es cierto -tuve que admitir.
La
conversación se desvió hacia otros temas y terminamos de almorzar. A la semana
siguiente me encontré por casualidad con el mismo estudiante universitario, en
el mismo restaurante. Se me acercó alegremente y me dijo:
-¿Recuerda
que el otro día hablamos sobre motivación y ansiedad? Pues bien, lo probé y
realmente funciona. Conozco a una joven que trabaja en unos grandes almacenes,
a la que he visto muchas veces. Siempre he querido invitarla a salir, pero la
chica agravaba mi timidez, así que no me atrevía a hablar con ella. El otro
día fui a los grandes almacenes, pero esta vez empecé a pensar en mi
motivación para pedirle que saliera conmigo. El motivo, claro está, era que
quería salir con ella. Pero detrás estaba el deseo de encontrar a alguien a
quien amar y que me amara. Al pensar en ello, me di cuenta de que no había
nada de malo en ello, de que mi motivación era sincera; no deseaba causarle
ningún daño, ni a ella ni a mí mismo, sino sólo que nos sucedieran cosas
buenas. El simple hecho de tener eso en cuenta y de recordármelo unas cuantas
veces pareció ayudarme; me proporcionó el valor para entablar una conversación
con ella. El corazón me latía con fuerza, pero yo me sentía estupendamente al ver
que por fin había encontrado valor para hablar con ella.
-Me
alegro mucho de saberlo -le dije-. ¿Y qué ocurrió? -Bueno, resulta que ya tiene
novio formal. Me sentí un tanto desilusionado, pero está bien. Me sentí
estupendamente por el simple hecho de haber podido superar mi timidez. Eso me
permitió comprender que si me aseguro de que no hay nada malo en mi motivación
y lo recuerdo, eso me puede ayudar la próxima vez que me encuentre en la misma
situación.
DALAI LAMA El arte de la felicidad
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