Durante el siglo XIX se hicieron algunas traducciones de estos textos, al tiempo que filósofos como Hegel, Schlegel y Schopenhauer empezaron a estudiar el pensamiento oriental; no obstante, el yoga siguió siendo desconocido para la mayor parte del público.
Desde el 1970 aproximadamente ha empezado a difundirse de manera masiva este sistema filosófico en Occidente, si bien el interés demostrado se ha centrado más sobre la fase física preparatoria, que sobre la filosófica; de esto deriva el debate producido entre los que entienden el yoga sólo como el ejercicio de las posiciones del cuerpo, y aquellos que lo consideran como el grado superior del conociento.
En Occidente le damos mayor importancia al bienestar físico que a la unificación total del hombre (cuerpo, alma y espíritu). Y, aunque el yoga no es una práctica religiosa, tampoco se reduce a una mera gimnasia o deporte.
El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) fue quien dio a conocer a la cultura europea de su tiempo el pensamiento oriental, en especial el hinduista. Conocía en profundidad los textos a los que tuvo acceso. Si bien tendía a forzar el pensamiento indio para adaptarlo a sus propias conclusiones, indudablemente algunas de sus interpretaciones revelan una notable sensibilidad y acierto.
A finales del siglo XIX y principios del XX, apareció en Occidente Swami Vivekananda, discípulo del sabio Ramakrishna, fué propagador en Occidente de la doctrina Vedanta. Realizó congresos y charlas sobre el yoga, la religión y la filosofía, y escribió varios libros sobre el Vedanta.
En 1920 aparece otra figura importante en Occidente Paramahansa Yogananda discípulo de Yukteswar.
Fundó la sociedad Self-Realization Fellowship (SRF) y dió conferencias durante varios años por la región de la costa este de Estados Unidos, emprendiendo una gira de conferencias en 1924, a las que asistían miles de personas. Su principal objetivo fue difundir antiguas prácticas y filosofía de yoga, especialmente de Kriya yoga. Sus principales enseñanzas hacían énfasis en experimentar y realizar a Dios a través de la meditación y el uso de ciertas técnicas de yoga llamadas Kriya-yoga.
Contemporáneo a él encontramos a Sri Aurobindo que centra su trabajo en el aspecto universal y cósmico de un principio activo divino al que denomina Supermente. Difunde el Yoga Integral, pero no deja de lado la poesía, la filosofía o la política.
Otro yogui importante en la difusión del yoga y que escribió más de 300 libros fue Swami Sivananda. Decidió en su juventud viajar a todos los ashram de la India. Visitó el ashram de Sri Aurobindo y conoció a Maharishi Suddhananda Bharati.
En el ashram de Ramana Maharshi recibió el darshan (bendición de la presencia física). Y siguió visitando lugares santos y ashrams, hasta que con todas las enseñanzas fundó la Sociedad de la Vida Divina en 1936 a la orilla del sagrado río Ganges. Extendió en Occidente el yoga y la doctrina Vedanta con la ayuda de algunos de sus discípulos.
Ximena Gutiérrez |
Desde entonces hasta nuestros días el yoga se ha extendido considerablemente. Su práctica ha sido objeto de estudio, y sus beneficios son innumerables.
Hoy día se realizan congresos, talleres, retiros, prácticas meditativas y formaciones de profesores en numerosas ciudades en todo el mundo.
Miles de libros y vídeos explican la realización de asanas, la práctica de pranayamas o cómo realizar una relajación o una meditación, pero sólo la experimentación continuada de estas prácticas y cumplir con los principios filosóficos del yoga hacen a un verdadero yogui.
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