01 junio 2014

LA DIFUSIÓN DEL YOGA

   A pesar de que el Sankhaya y el Vedanta, los dos sistemas filosóficos en los que se fundamenta el yoga, se hayan estudiado desde hace muchísimo tiempo, muy pocos orientalistas y algunos filósofos se han dedicado a un estudio en profundidad de este método.
   Durante el siglo XIX se hicieron algunas traducciones de estos textos, al tiempo que filósofos como Hegel, Schlegel y Schopenhauer empezaron a estudiar el pensamiento oriental; no obstante, el yoga siguió siendo desconocido para la mayor parte del público.
   Desde el 1970 aproximadamente ha empezado a difundirse de manera masiva este sistema filosófico en Occidente, si bien el interés demostrado se ha centrado más sobre la fase física preparatoria, que sobre la filosófica; de esto deriva el debate producido entre los que entienden el yoga sólo como el ejercicio de las posiciones del cuerpo, y aquellos que lo consideran como el grado superior del conociento.
   En Occidente le damos mayor importancia al bienestar físico que a la unificación total del hombre (cuerpo, alma y espíritu). Y, aunque el yoga no es una práctica religiosa, tampoco se reduce a una mera gimnasia o deporte.
   El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) fue quien dio a conocer a la cultura europea de su tiempo el pensamiento oriental, en especial el hinduista. Conocía en profundidad los textos a los que tuvo acceso. Si bien tendía a forzar el pensamiento indio para adaptarlo a sus propias conclusiones, indudablemente algunas de sus interpretaciones revelan una notable sensibilidad y acierto.    
   A finales del siglo XIX y principios del XX, apareció en Occidente Swami Vivekananda, discípulo del sabio Ramakrishna, fué propagador en Occidente de la doctrina Vedanta. Realizó congresos y charlas sobre el yoga, la religión y la filosofía, y escribió varios libros sobre el Vedanta.


   En 1920 aparece otra figura importante en Occidente Paramahansa Yogananda discípulo de Yukteswar.
   Fundó la sociedad Self-Realization Fellowship (SRF) y dió conferencias durante varios años por la región de la costa este de Estados Unidos, emprendiendo una gira de conferencias en 1924, a las que asistían miles de personas. Su principal objetivo fue difundir antiguas prácticas y filosofía de yoga, especialmente de Kriya yoga. Sus principales enseñanzas hacían énfasis en experimentar y realizar a Dios a través de la meditación y el uso de ciertas técnicas de yoga llamadas Kriya-yoga.
   Contemporáneo a él encontramos a Sri Aurobindo que centra su trabajo en el aspecto universal y cósmico de un principio activo divino al que denomina Supermente. Difunde el Yoga Integral, pero no deja de lado la poesía, la filosofía o la política.
   Otro yogui importante en la difusión del yoga y que escribió más de 300 libros fue Swami Sivananda. Decidió en su juventud viajar a todos los ashram de la India. Visitó el ashram de Sri Aurobindo y conoció a Maharishi Suddhananda Bharati. 
   En el ashram de Ramana Maharshi recibió el darshan (bendición de la presencia física). Y siguió visitando lugares santos y ashrams, hasta que con todas las enseñanzas fundó la Sociedad de la Vida Divina en 1936 a la orilla del sagrado río Ganges. Extendió en Occidente el yoga y la doctrina Vedanta con la ayuda de algunos de sus discípulos.


    Sri Pattabhi Jois, alumno de Krishnamacharya, conoció también las enseñanzas de Swami Sivananda. En Mysore estableció su práctica de ashtanga vinyasa yoga, y algunos europeos viajaban para aprender de él.
Ximena Gutiérrez
   En 1974 viaja a California donde da a conocer su práctica, un yoga muy físico donde no descuida los principios de los yoga sutras de Patanjali. 


  Desde entonces hasta nuestros días el yoga se ha extendido considerablemente. Su práctica ha sido objeto de estudio, y sus beneficios son innumerables.
   Hoy día se realizan congresos, talleres, retiros, prácticas meditativas y formaciones de profesores en numerosas ciudades en todo el mundo.
   Miles de libros y vídeos explican la realización de asanas, la práctica de pranayamas o cómo realizar una relajación o una meditación, pero sólo la experimentación continuada de estas prácticas y cumplir con los principios filosóficos del yoga hacen a un verdadero yogui.
   

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