LA TRINIDAD HINHU: BRAHMA, VISHNU Y SHIVA
Brahma es el señor de toda la creación. Está por encima de la adoración humana
y tiene dedicados muy pocos templos. Se le representa con
cuatro caras orientadas hacia las cuatro direcciones del espacio, porque
es el creador del universo.
En sus ocho manos sujeta los Cuatro Vedas,
que representan el conocimiento; un collar con forma de rosario, que
significa el tiempo; un recipiente con agua, que simboliza la
fertilidad, y un instrumento para los sacrificios, ya que el mundo fue creado mediante el sacrificio.
Brahma aparece sentado sobre una flor de loto que simboliza la creación
y un cisne o un ganso, que son su vehículo y representan la sabiduría.
Vishnu, el
preservador
Es el dios encargado de preservar la vida y a todos los seres vivos. Es
el responsable
del destine de los hombres. Se le representa bajo diez encarnaciones distintas -llamadas avatara-, de las cuales
las dos más representativas son las de Krishna
y Rama, y se le asocia con el amor altruista (lo cual induce a pensar que su culto podría derivar de otro destinado a un
antiguo héroe erótico).
Con una mano sujeta un disco solar o una maza dorada, que representa los
elementos de la fuerza de la naturaleza, de los que se derivan los poderes
físicos y mentales. En la otra mano sostiene un
caracol marino, que simboliza el sonido “om”,
que es el que emerge de la creación.
Su ojo izquierdo es oscuro y simboliza la noche, mientras que el
derecho es claro y representa al día. El Sol emerge de su boca, su vestido está
compuesto de llamas, en su cinturón aparece el arco iris y
las nubes son el cabello de su cabeza.
En su representación avatar como Krishna es de color azul, el color del
infinito.
Vishnu se apoya sobre mil cabezas de serpiente, y su esposa, Lakshmi,
es la diosa de la fortuna y aparece en cada una de sus diez encarnaciones bajo
una forma simbólica.
Siva, el destructor
Siva, el dios de la destrucción, también es conocido como dios del
tiempo. En el convergen -y en él se resuelven- todos
los extremos. Se le considera responsable tanto de la destrucción como de la
creación, así como de la no creación: el comienzo es el fin y el fin es un nuevo comienzo.
Aparece representado danzando dentro de un círculo de fuego que significa
el eterno movimiento del universo, y reconciliando las fuerzas opuestas de la
oscuridad y la luz. La danza representa la destrucción de
Maya, el mundo ideal.
El cuerpo de Siva aparece rodeado por tres serpientes que actúan como armas
defensivas ante cualquier enemigo. De las manos del dios, una simboliza la
destrucción y el renacimiento porque guarda la llama de la destrucción; a través
de la otra, el redoble del tambor ("om») supone la nueva creación; el gesto
intrépido de
mostrar la palma de la mano ofrece al
fiel protección y favor, así como refugio seguro.
El pie izquierdo levantado indica liberación, mientras que bajo el pie derecho
aparece un demonio asesino sobre el que está danzando el dios.
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