30 octubre 2016

CLAVES DE LA FLEXIBILIDAD

Ejercicios de flexibilidad son un componente importante de cualquier programa de acondicionamiento físico. Son suaves y ayudan a mejorar la longitud de los músculos.
Los ejercicios de flexibilidad ayudan a aumentar el rango de movimiento en las articulaciones. Los  ejercicios de estiramiento  son muy útiles para eliminar problemas de dolor en varias partes del cuerpo.


Rafael Conejo (Profesor Karate-do)
Uno de los principales objetivos de hacer estos ejercicios es que los tejidos conectivos que rodean sus músculos son alargados. Hacer estos ejercicios de tres a cinco veces a la semana es lo ideal y conduce a que tu cuerpo sea mucho más flexible. Estos ejercicios son muy útiles para quienes tienen problemas de espalda. También mejoran la postura. Proporcionan un físico relajado.
Los ejercicios de flexibilidad tienden a ser ignorados o poco practicados, pero son muy importantes. Los ejercicios de flexibilidad deben incluirse si o si en un régimen de ejercicios, ya que son muy importantes. Esta inclusión debe ser por lo menos de tres a cinco veces a la semana. 

Los ejercicios de flexibilidad alargan y extienden los músculos en su cuerpo y conducen a un mayor rango de movimiento. Más agilidad y libertad de movimiento en la vida cotidiana.
Con la edad, la flexibilidad en el cuerpo disminuye. Por lo tanto, la elongación del músculo conduce realizar las tareas diarias con más facilidad y sin los riesgos de accidentes o lesiones. Los ejercicios llevan a mejorar la circulación sanguínea. 

Hay un seguimiento mejorado de la sangre a los músculos y se puede evitar el dolor de la artritis. Hay mejoría notable de la postura. Quien practica ejercicios de flexibilidad y estiramiento de manera regular tiene una mayor movilidad y hay menos riesgo de caer y lastimarse.
Los ejercicios de flexibilidad también ayudan a la persona en el alivio de tensión. Durante el estrés, los músculos se estrecha y el alargamiento en el ejercicio de los músculos conduce a la liberación de la tensión. 

Es  necesario incorporar en la práctica de yoga  ejercicios de flexibilidad de los músculos de la base. Estos músculos están en el tronco y la pelvis. Asi se  evita la posibilidad de una mala postura, dolor lumbar y lesiones musculares. Por lo tanto, los ejercicios de flexibilidad proporcionan un cuerpo relajado y reducen los dolores musculares. Los ejercicios de flexibilidad también preparan el cuerpo para la tensión de los ejercicios que haces todos los días. Los beneficios de los ejercicios de flexibilidad, por lo tanto, son muchos siempre se realizan de manera organizada.

La práctica de ejercicios de estiramiento, elongación y flexibilidad generalmente son ejercicios que al comienzo de la práctica de yoga resultan incómodos e incluso dolorosos. Pero se deben trabajar a plena conciencia buscando la relajación y no la tensión en la postura. Desde lo mental se debe dirigir al cuerpo físico para que vaya relajándose y saque todas las tensiones de mas que no ayudan al estiramiento de un musculo o grupo muscular. Incluso en una postura de estiramiento hay muchos practicantes que tensionan hasta la cara, esto de a poco debe ser corregido, ya que debemos ir suavizando todo nuestro cuerpo, siendo consientes de que solo debemos trabajar en el estiramiento, elongación y flexibilidad de una zona de nuestro cuerpo y que el resto solo acompaña al ejercicio o postura.

Estos estiramientos, elongaciones o ejercicios de flexibilización deben hacerse con una buena entrada en calor como el saludo al sol o surya namaskar. En yoga los estiramientos se practican sin “rebotar” en la postura como se hacen generalmente en algunas clases de gimnasia. Se debe armar el estiramiento o postura y de a poco trabajando con la respiración vamos ganando terreno, avanzando en la elongación poco a poco. En la inhalación acumulo prana, energía vital y en la exhalación avanzo en el estiramiento suavemente, sin tironeos ni presiones excesivas.

Siempre en yoga una postura tiene su contra postura para trabajar de manera armónica  pareja y equilibrada nuestro cuerpo.  

El Secreto de la Flexibilidad
Practicando Yoga no solo se mantiene la elasticidad y se eliminan los anormales depósitos de minerales de los huesos, sino que es posible recuperar la juventud perdida.
La elasticidad del cuerpo depende del estado de las arterias y de la columna vertebral, la acumulación gradual de sedimentos, como cal, en las válvulas arteriales y venosas debido a las impurezas de la sangre, da lugar a la inflexibilidad de estas partes.
Conservar e incrementar la flexibilidad del cuerpo es uno de los principales objetivos de 
las Asanas.
Kino MacGregor y Sofía Xirotiri

Gracias a la técnica adecuada, se puede recuperar muy bien la flexibilidad aun cuando no la hemos trabajado con continuidad en nuestra vida.
Creemos que lo único que limita nuestra flexibilidad son los músculos y los ligamentos pero se ha comprobado que podemos lograr una flexibilidad infinitamente mayor con actitud mental correcta que por una tracción violenta sobre los músculos que se resisten.
Para acrecentar nuestra flexibilidad real es indispensable trabajar en el nivel del control nervioso, es decir actuar mentalmente sobre nuestro cuerpo.
El individuo medio no puede tocar el suelo con sus dedos manteniendo las rodillas rectas incluso a la edad de veinte años. Este tipo de endurecimiento de los ligamentos puede reducirse a un mínimo practicando los ejercicios de Yoga. El cuerpo será flexible como el de un niño, incluso a avanzada edad. Cuanto mayor somos, los ligamentos se van endureciendo y la columna vertebral se vuelve rígida. El endurecimiento excesivo puede ser debido a distintas causas, pero especialmente a la alineación defectuosa del cuerpo y pobreza del equilibrio, lo que causa el acortamiento de los ligamentos.
La presión causada por el acortamiento de los ligamentos en la base del cráneo, irradia a los nervios que pasa a través de la ligazón facial. Estos dolores de cabeza, hombros y brazos pueden eliminarse con algunas posturas del Yoga.
Los ejercicios de Yoga están indicados principalmente para mantener la apropiada curvatura en la columna y aumentar su flexibilidad mediante el alargamiento de los ligamentos longitudinales y posteriores.
El estiramiento de los músculos previamente relajados constituye una característica esencial de las Asanas, que explica también porque relajan mejor y más pronto que la gimnasia, la que procura el desarrollo de la musculatura somática mediante la contracción repetida de los músculos voluntarios.


El músculo puede encontrarse normalmente en tres estados diferentes:
1) Contracción: Es la fase útil del funcionamiento muscular durante la cual el músculo al contraerse actúa sobre el esqueleto y proporciona el trabajo mecánico que permite efectuar el movimiento.
2) Tono: Es el estado normal de cualquier músculo en vigilia, no activo, pero listo para contraerse en cuanto le llegue una orden bajo la forma de influjo nervioso.
3)Relajación: El músculo esta distendido, es el estado de los músculos durante el sueño y en los ejercicios de relajamiento del Yoga.

A estos tres estados hay que agregar otro: el del músculo estirado. Es una situación particular y diferente de las otras tres, el músculo es incapaz de estirarse por si mismo: El estiramiento se produce por una acción exterior.
El músculo es muy extensible en su límite normal de elasticidad. Cuando se alcanza este, el músculo puede estirarse aun mas pero muy lentamente. Se estirara y lo hará tanto mejor cuanto más relajado esté. Una tracción brusca sobre no músculos relajados puede incluso traumatizarlos. 

Una tracción lenta progresiva, continua sobre un músculo no ofrece peligro, por el contrario, adra a este una serie de efectos favorables como exprimir la sangre, especialmente la venosa. La circulación venosa depende, no del impulso cardiaco, sino de las contracciones y descontracciones alternativa de los músculos que , al comprimir las venas, impulsa la sangre hacia el corazón. Pero el músculo retoma su volumen normal y “aspira sangre fresca”, que lo “enjuaga”, lo “desengrasa” y lo alimenta.



Recordemos que una buena “puesta en marcha”o entrada en calor antes de una sesión de Asanas facilita mucho el trabajo, porque los músculos en calor se estiran más fácilmente.

Durante el tiempo de reposo en el suelo, la sangre fluye en gran abundancia a los músculos que han sufrido estiramiento. Este relax constituye una fase esencial y no hay que precipitarse de una postura a otra. No comience la próxima Asana sino cuando la respiración y los latidos del corazón han vuelto a la normalidad.
Posturas de yoga para la flexibilidad
Hay posturas de yoga para la flexibilidad como la del pez, el loto, la cobra, el triángulo simple, el arco, etc. Algunas se realizan de pie, otras sentados, otras acostados. Con ellas se estiran y flexibilizan los músculos de la columna vertebral, las caderas, las corvas, en fin, todo el cuerpo físico.

Para las personas que padecen algún tipo de desequilibrio, ya sea físico o mental, los beneficios del yoga para la flexibilidad son incalculables, pues llega a su vida una calma, una tranquilidad y un sosiego imprescindibles para su sanación.
Siete aspectos fundamentales de los beneficios de la práctica del yoga para la flexibilidad.
• Por supuesto: aumento de la flexibilidad
• Adiós a la rigidez, la tensión, el dolor y la fatiga de los músculos
• Más lubricación y movimiento de las articulaciones
• Mejor funcionamiento de los ligamentos, tendones y aponeurosis de la vaina que rodea los músculos
• Cero cansancio ni agotamiento
• Mayor circulación de la energía y por consiguiente, desbloqueo energético
Cuando realizamos los ejercicios yoga para la flexibilidad, nos sentimos plenos, satisfechos, realizados, flexibles, en forma. Podemos hacer casi cualquier movimiento o practicar diversas disciplinas, pues le volvemos a dar a nuestro cuerpo ese don que un día tuvo y que sencillamente había olvidado: el de la flexibilidad.

FLEXIBILIDAD Y ELONGACIÓN
La flexibilidad es una cualidad física a la que hasta hace relativamente poco no se le concedía la importancia que merece, y aún hoy no se trabaja todo lo bien que se debiera; es el objetivo de este artículo dar a conocer una metodología y un porqué de muchas de las acciones que llevamos a cabo y otras que dejamos de hacer. 
La flexibilidad tiene dos componentes: elongación muscular y amplitud articular; es decir, la capacidad que tiene la musculatura para alargarse y el rango de movimiento que permiten los elementos articulares (uniones entre huesos).

Como la flexibilidad involuciona con la edad, debemos trabajarla regularmente: al nacer tenemos una flexibilidad del 100% que con los años vamos perdiendo; poco a poco nos vamos haciendo más rígidos.
Los estiramientos fundamentalmente tienen dos mecanismos de acción sobre el sistema muscular:
1. A NIVEL VASCULAR provoca un efecto de "bomba de succión" que hace aumentar el riego sanguíneo en el interior del músculo.
2. A NIVEL NEUROMUSCULAR provoca una modificación del tono, ya sea estimulando o inhibiendo el huso neuromuscular, dependiendo de la intensidad y duración del estiramiento.
De esta manera, según en qué momento del entrenamiento empleemos los estiramientos van a realizarse de un modo diferente para conseguir los efectos deseados, y por tanto una mejor predisposición para la actividad que vamos a llevar a cabo. 

ELONGACIÓN MUSCULAR + AMPLITUD ARTICULAR =FLEXIBILIDAD


Elongar para lograr flexibilidad:
Si usted tiene un perro o un gato, probablemente haya notado cuán seguido le gusta, a su mascota, elongarse.
Estirarse genera bienestar; especialmente, después de haber estado todo el día echado. O, como sucede más a menudo con los seres humanos, después de haber estado todo el día sentado.
Pero a diferencia de los animales, nosotros no somos tan propensos a pararnos y estirar nuestros cuerpos tras largos períodos de inactividad, aun cuando nuestros cuerpos no desearían nada más que una buena elongación. De estar sentados todo el día en un escritorio o frente a una computadora, pasamos, normalmente, al asiento de un auto, autobús o tren y, luego, en casa, a otras actividades, pero también sentados: comer, leer, ver televisión, pagar cuentas —en línea— y contestar correo electrónico.

Con el 60 por ciento de los adultos mayores de 50 años llevando una vida inactiva, ¿sorprende a alguien que veamos más problemas de salud relacionados con articulaciones y músculos que se insubordinan tornándose rígidos, inflamados y hasta dolorosos? Envejecer también contribuye a la rigidez muscular y la escasa flexibilidad: a medida que envejecemos, los músculos tienden a perder elasticidad, y los tejidos alrededor de las articulaciones se hacen más densos. Eso dificulta el movimiento. De hecho, uno puede perder, cada 10 años, el 10 por ciento de la flexibilidad si no hace nada. Aquí, es verdaderamente aplicable el adagio que reza: “Si no lo usa, ¡lo perderá!”.
La mejor rutina de actividad física es una que incluya los cuatro pilares del acondicionamiento físico: flexibilidad y estabilidad, actividades para adquirir resistencia (aeróbicos, caminatas), entrenamiento de fuerza y equilibrio. 

La elongación ayuda a mantener sus músculos distendidos, lo que mejora su flexibilidad o capacidad para inclinar/doblar su cuerpo sin lastimarse. La elongación frecuente puede permitirle ganar movilidad, haciéndole más fácil inclinarse/agacharse y alcanzar elementos en alacenas, según Jay Blahnik, especialista en acondicionamiento físico y autor del libro Nuevo método de estiramientos para todos. “Es como una recompensa que uno puede sentir cada día”, asegura.

También hay otras gratificaciones. Mantenerse flexible puede ayudarlo para: Mejorar y mantener su rango de movimiento, lo que, a su vez, mejora el equilibrio, Prevenir caídas, Aliviar dolores crónicos, Disminuir la tensión y el estrés, Mejorar la circulación y la concentración, Potenciar su energía y Mejorar su postura.
Las recomendaciones de elongar o de no hacerlo están repletas de conceptos erróneos y de estudios conflictivos. Existe poca evidencia que permita clarificar estas cuestiones. La elongación ha sido promovida durante años como parte esencial de los programas de acondicionamiento físico, como una forma de disminuir el riesgo de lesiones, prevenir la inflamación y mejorar el rendimiento. Pero, ¿qué dice la evidencia? 
Las últimas investigaciones concluyen que elongar puede disminuir el dolor y la inflamación después de hacer ejercicio. Sin embargo, ninguna evidencia respalda la teoría de que elongar inmediatamente después de realizar ejercicio pueda prevenir las lesiones por sobrecarga física o agudas.

Según los especialistas, lo que resulta clave en el debate sobre la prevención de lesiones es cuán a menudo se elonga. La elongación habitual que se hace durante un período de tiempo, como una clase de yoga o de elongación, puede disminuir el riesgo de lesiones. Sin embargo, los períodos cortos pero intensos de elongación, o el estiramiento que se hace sólo antes y después de entrenar, no lo harán. 



Tenga presentes estos prácticos consejos de seguridad cuando elongue:
Comience lentamente. Se tornará más fácil elongar a medida que adquiera práctica.
No lo fuerce. Sobre estirarse puede causar dolor y lesiones. Puede sentir una ligera tensión al elongar, pero no debería doler. Si duele, deténgase.
Respire profundamente. No aguante la respiración. Respirar lenta y profundamente lo ayudará a relajarse y hará más fácil la elongación.
Precaliente: Si elonga antes de hacer ejercicio, caliente su cuerpo previamente durante, por lo menos, cinco minutos, con movimientos livianos como caminar o marchar en el lugar. Debería evitar elongar un músculo frío, ya que puede aumentar el riesgo de sufrir una contracción.

Elongue todos los grupos musculares principales, aguantando cada elongación por, al menos, 30 segundos. Los profesionales del acondicionamiento físico recomiendan concentrarse en los músculos de las pantorrillas, los músculos frontales y posteriores de los muslos (cuadriceps y aductores, respectivamente), flexores de la cadera (psoas ilíaco), del pecho (pectorales) y espalda (dorsales). También puede elongar su cuello, hombros, muñecas y tobillos.
Trate de elongar tres veces por semana y la mayoría de los días de la semana en los que haga ejercicio.
Tenga cuidado al elongar después de una lesión o si padece de alguna afección crónica (consulte a un médico).

Escuche a su cuerpo y haga lo que pueda. Todos tenemos un grado de flexibilidad diferente, que es determinado, en parte, por nuestros genes.
Elongación y más elongación :
Aquí hay algunas actividades que puede probar para mejorar su flexibilidad. También pueden desarrollar fuerza o equilibrio, o ambos:
Yoga-Pilates-Ballet, danza moderna-Tai Chi, artes marciales-Natación-Pelota de estabilidad/equilibrio.

Si está tomando clases, dele a su cuerpo una oportunidad para descansar y reponerse tomándose un día para no elongar. Si usted elonga como parte de una rutina como caminar o trotar, varíe la forma en que lo hace. Por ejemplo, alterne ejercicios de elongación estática y dinámica: agáchese, inclínese a uno y otro lado, rote su cuerpo hacia ambos lados, pero no rebote. “La elongación con movimiento controlado es muy buena para ayudarnos a funcionar durante el día”, comenta Blahnik.

Elongar a lo largo de la jornada, en lugar de hacerlo en un único y más extenso momento del día, también está perfectamente bien. Un par de movimientos de estiramiento en la mañana, después de salir de la cama; por la tarde, cuando llega a su casa del trabajo; y en su escritorio, durante el horario del almuerzo o de descanso, puede revigorizar la mente y el cuerpo.
“Elongar tiene que ver con aprender cómo se logra una relajación de manera cómoda e individual. Le permite volver a ponerse en contacto con su cuerpo y con el modo en que se siente” —dice Bob Anderson, autor de Stretching In The Office (Elongando en la oficina)—. “Y cuanto mejor sintonía logra con su cuerpo, más activo quiere estar”, asegura Anderson.
Ya sea que esté intentando estar activo o haya estado activo por mucho tiempo, elongar lo hará sentir estupendamente bien, en todo sentido. Según Anderson: “Es el elemento que permite que a las personas les vuelva a agradar su cuerpo y sientan que lo están haciendo bien”.
  MEJORAR NUESTRA PRACTICA DE POSTURAS DE ESTIRAMIENTO DE YOGA
Al principio cuando nos iniciamos en la práctica de yoga no nos enteramos mucho de lo que hacemos. Cuando vamos avanzando en una práctica regular seguramente empezamos a tomar conciencia de lo que hacemos con nuestro cuerpo físico. Queremos lograr cada vez más y mejor flexiones, posturas y estiramientos. Ahora bien, debemos ser consientes de nuestros límites y de nuestras aptitudes.
Una actitud poco favorable es la de mirar al de al lado y compararse. Esto puede traer consecuencias de sobre/exigencia y posterior lesión.

Una lesión... nos pasamos del delicado límite que hay entre “poner a prueba” el cuerpo, lo cual implica sensibilidad, auto-observación, cariño... y el “exigir al cuerpo”, sin la sensibilidad suficiente... Entonces, un músculo desgarrado, un ligamento súper inflamado, un pellizco en la lumbar...
La lesión es sin duda el Gran Maestro de la práctica, nos devuelve la atención consciente, la sensibilidad, de manera amplificada. Nos baja el ego que siempre quiere más y mejor y nos regresa a la mat con una actitud más humilde, más yóguica, Ahimsa: No-Viole-o-ncia. 

Sólo si practicamos yoga desde la sensibilidad, con la conciencia de nuestros propios límites, aceptándolos, no sólo podremos llegar a nuestra mejor postura, sino qué estaremos empezando a practicar yoga, disfrutándolo, no como formas externas sino que éstas serán la viva expresión de nuestra verdadera forma interior.
Yoguis y maestros pueden reducir el riesgo de lesionarse poniendo atención a las siguientes siete recomendaciones durante los estiramientos:

ACTITUD: "Yo he observado que las lesiones ocurren menos frecuentemente cuando los yoguis tienen una actitud de devoción, rendición, aceptación y honestidad" dice Louis Ellis, maestra de Ashtanga Yoga en Fayetteville, Arkansas. "Las lesiones suceden cuando hay competitividad, ambición, insensibilidad, prisa y apego a los resultados de la práctica. Cuando el ego se ve involucrado esperando resultados, eso no es realmente yoga, es ejercicio."
ALINEACIÓN: "El yoga implica riesgo porque le estás pidiendo a tu cuerpo moverse dentro del rango más amplio posible de movimiento," anota John Friend, fundador de Anusara Yoga. "Sin un enfoque en la correcta alineación, seguiremos viendo un montón de lesionados."

VIEJAS LESIONES: Las lesiones pasadas, particularmente en las articulaciones, son vulnerables de volverse a lastimar. Los maestros deben preguntar a sus nuevos alumnos sobre sus lesiones, y los alumnos deben comunicar a los maestros sus necesidades especiales antes de la clase, si es que se sienten apenados al mencionarlas frente al grupo.
SEÑALES DE PELIGRO: "Si tu respiración se vuelve exagerada o tienes que abrir la boca para tomar aire, puede ser una señal de que te estás pasando del límite," dice Edward Modestini, quien remarca que el límite de cada persona puede variar de un día a otro dependiendo de la dieta, el sueño, las emociones y otros factores. Otras señales de peligro son cuando "tiemblas más allá del control, o cuando las posturas se sienten colapsarse, en vez de emerger."

TRANSICIONES: "La gente olvida que dos terceras partes de la práctica es entrar a las posturas y salir de las posturas, con control y atención," dice Ana Forrest, maestra de yoga de Orcas Island, Washington, y fundadora del Forrest Yoga Circle de Santa Mónica, California. "Aquí es donde la gente
LÍMITE" INDIVUDUAL: Una parte esencial de la práctica de Yoga es el desarrollo de la atención para reconocer cuándo alcanzar y cuándo descansar. En una práctica consciente, el acto de no dañarse mediante retroceder y descansar, es realmente un verdadero yoga.
ENCONTRAR UN BUEN MAESTRO: "Lo que hace a un buen maestro es su profundo respeto por sus alumnos, no que sus alumnos logren poner las manos en el suelo," dice Judith Hanson Lasater, maestra de yoga, quien recomienda a sus alumnos hablar de sus problemas y preocupaciones. Y 
Recomendaciones: “Para minimizar el riesgo de lastimarse, estudiantes y maestros necesitan entender cuáles son las áreas del cuerpo más sensibles a lastimarse, y saber cómo protegerlas”, dice Roger Cole, científico y maestro de Iyengar System en Solana Beach, California. Menciona la espalda baja, rodillas y cuello como las más propensas, seguidas por la articulación del sacro ilíaco y los isquiotibiales. 

Las lumbares y el sacro iliaco están muchas veces relacionados a las flexiones al frente porque comprimen los discos intervertebrales y sus ligamentos. “para hacer estas posturas más seguras, gira la cadera tanto como puedas antes de que la espalda se vea involucrada, alarga la columna, no flexiones demasiado lejos y nunca te fuerces a ti mismo durante la postura.

Girar la cadera conlleva su propio riesgo en los isquiotibiales, especialmente en la inserción de los músculos con los huesos”. Para prevenir lesiones en la rodilla, Cole enfatiza la importancia de no forzar las rodillas en Padmásana (loto), sino girar la articulación del fémur y la cadera. LLevar el pie hacia arriba o empujar la rodilla hacia abajo, aplica una fuerza tremenda en los cartílagos internos de la rodilla.

La postura que más lastima a personas de más de 40 años es Sarvangásana (la vela) , según Larry Payne, terapeuta y maestro de yoga de Los Angeles. Para los principiantes sugiere ArdhaSarvangásana, una variación donde las manos sostienen el peso de la cadera, aligerando la presión sobre el cuello. Sarvangásana es especialmente peligrosa para la gente con un sobrepeso de 15kg extras. Él siempre ofrece la opción de Viparita Karani, con o sin cojín. Roger Cole está de acuerdo con que el cuello puede ser vulnerable en Sarvangásana si se tolera con todo el peso del cuerpo. “El cuello tiene una curvatura natural y la vela lo dobla en el sentido opuesto. Practicarla agresivamente puede contribuir a dañar los discos”.
“Con todas estas consideraciones muchas personas se pueden asustar de practicar Hatha Yoga, pero en realidad el yoga es muy bueno como para perdérselo. Algunas de las grandes lecciones es actuar con conciencia, balance, no agresivamente, y con sentido común. SI la gente lo hace así, puede disfrutar de una práctica feliz y segura.”, Anota Cole.

“A pesar de este enfoque sobre los riesgos durante la práctica, el Hatha Yoga es una de las formas de “ejercicio” más seguras”, dice Lewis Maharam, médico del deporte de Manhatan y director del New York City Marathon. “Con frecuencia recomiendo Yoga a mis pacientes, especialmente a los corredores, quienes tienen una fuerte tendencia a la rigidez. Si ocurren lesiones en cualquier actividad –incluyendo yoga- casi siempre tiene que ver con tratar de hacer mucho, demasiado rápido.”
 Cómo sentirse cómodo en la práctica de  yoga
Según los yogas sutras de Patanjali, la verdadera definición de una asana es una postura que es a la vez estable y cómoda.

Pero, ¿cuántas veces te has encontrado a ti mismo en la postura de la paloma  con el deseo irrefrenable de salir  de ella? Sus músculos se acalambran, piensas en gritos de socorro, y tu mente te lleva a lugares que son tan incómodos hasta que simplemente no puede soportarlo más y  salís de la postura. 

No te preocupes, es perfectamente normal! Y mucho más fácil que luchar consigo mismo es mantenerse en la postura. Aquí voy a recomendarte como preceder.

1. Respirar El primer paso, respirar. Inhale, exhale. Inhale, exhale. Simple, o no tanto. Es natural para nosotros contenemos la respiración durante momentos de estrés, confusión, o tareas cotidianas simplemente. De hecho se requiere esfuerzo para respirar, me refiero a realmente respirar. 
Pero venir a nuestra respiración es primero. Esto nos ayuda a encontrar esa conexión cuerpo-mente que es tan importante para aquietar la mente (que es el paso 2). Cuando llegamos a nuestra respiración, nuestro sistema nervioso parasimpático es tranquilo y consciente. Es como un masaje en nuestro sistema nervioso. Basta con probarlo ahora. Concéntrese en su respiración. Cierra los ojos. Luego, observar lo que sucede. Probable que su mandíbula se aflojó, sus hombros se relajan hacia abajo y hacia atrás, y su mente se vuelve más tranquila.

2. Aún tu mente está allí.  Esto suena más fácil de lo que es. Y esta es la belleza de yoga. Cuando te metes en una postura, las cosas están así. Tu mente empieza a divagar. Tu cuerpo empieza a hablar con vos, que le recuerda cualquier pequeña molestia. Se empieza a escuchar la charla en su mente, hasta que le convence de cualquier mentira que está tratando de decirle. No, no se va a morir en esta postura. No, no te va a matar para seguir en esa postura. Aquietar la mente significa encontrar control. Y una vez que la mente se aquieta, que puede estar disponible para recibir la información que realmente importa. Se trata de "yoga chitta vritti nirodha", traducido al "yoga es el dominio de aquietar la mente-materia." Una vez dominado, el verdadero Ser brilla.




3. Sea Paciente Al igual que todos los  profesores decimos siempre en nuestras clases ", milímetros son miles." Esto es cierto en el yoga-y en la vida. El hecho de que no se puede entrar en una pose, no significa que no aspira a ser algún día. Su cabeza no puede tocar las rodillas en Uttanasana sin una ligera curva, pero cada día se respira en la postura, aquietar tu mente, y encontrar la paz con su cuerpo, ese extra milímetro de extensión sólo podría llevarlo a su borde. Y eso está logrando mucho.
4. Aceptar Las Limitaciones De Su Cuerpo No todo el mundo estaba destinado a sentarse en loto. Este es sólo un ejemplo, pero se obtiene lo que estoy diciendo. Todo el mundo tiene una estructura diferente del esqueleto, musculatura, los ligamentos y la flexibilidad. Por no hablar de todos los estilos de vida los factores que influyen en nuestra capacidad de mover y doblar. 

5. Por Encima De Todo, El Amor No importa lo que está sucediendo a su alrededor, o si usted está en este momento, usted está exactamente donde se supone que deben ser. Ama y se acepta. Amor y aceptar sus alrededores. Y amar y aceptar a los demás que están en tu vida. En última instancia, cultivar la paz interior, que pronto permear todo a su alrededor. Si podemos encontrar el confort y la estabilidad en una postura de yoga difícil, ciertamente podemos tomar esta práctica fuera de la lona, ​​encontrando el mismo confort y estabilidad en la vida cotidiana.

6. Cuida tu alimentación. Mucha gente que practica yoga vive a base de café y de una dieta rica en trigo y lácteos. Estos “alimentos yóguicos” son nefastos para tu sistema nervioso, tu flexibilidad y tu bienestar general. Lo que tu tejido conectivo necesita son alimentos ricos en minerales, especialmente en azufre y magnesio, además de otros antiinflamatorios, como la cúrcuma y las grasas Omega-3.

                                   Texto recogido en su mayor parte del blog: http://vivianayoga.blogspot.com.es/